Todos tenemos un sueño, algo que queremos ser, lograr o conseguir en determinado tiempo. No importa si somos ricos, pobres, blancos, negros o azules; todos, absolutamente TODOS soñamos. Martin Luther King Jr tenía un sueño (la equidad de razas), Gandhi también tenía un sueño (Lograr la independencia india sin recurrir a la guerra) y al final, lograron cumplirlo. Mi sueño, es ser publicista y sé que, al igual que ellos, lograré cumplirlo. ¡Cómo no querer serlo? Tienen una vida genial, una vida de Rockstar: Alcohol, Mujeres guapas, –Hermosas, con una belleza que las mismas afrodita y Venus envidiarían- Fama, Dinero y Diversión. Al menos, así pensaba que era la vida de un publicista. Con el paso del tiempo y en mi época de trainee, descubrí que no es como me lo imaginaba, al contrario, esa larga lista se fue reduciendo hasta quedar sólo la palabra: DIVERSIÓN. “Diversión: actividad o espectáculo que gusta y produce placer”. Según mi pequeño Larousse. Diversión por tu trabajo, por lo que escribes, por lo que lees. Diversión por desvelarte sacando una idea para el pitch del día siguiente. Diversión mientras redactas un guión de radio o tv para esa marca que siempre soñaste. Diversión incluso cuando te sientas, solo, observando a las personas. Esa es la verdadera vida de un publicista. Es verdad, hay fiestas y fiestas, como Hollywood nos los muestra, pero eso es mínimo. La verdadera diversión de un publicista está ahí, en su trabajo. Después de mucho tiempo, llegué a la conclusión que mi imagen de la vida de un publicista no estaba tan alejada de la realidad, siempre y cuando se mantenga esa diversión por lo que haces. Ése es el principal factor. Mientras tanto seguiré divirtiéndome para lograr mi sueño. Lo mismo debes hacer tú, amigo lector: “Persigue tus sueños y diviértete cumpliéndolos”.
Comentarios