Mercadólogos y publicistas cumplimos un papel importante en las empresas, pues damos a conocer el producto, hacemos la diferencia entre tantas marcas existentes y trabajamos para lograr el posicionamiento el producto entre otras muchas acciones que realizamos para que los consumidores y las compañías estén contentas. Pero para los consumidores, somos unos monstruos. Las personas opinan que la mayoría de los males en el mundo son provocados por la mercadotecnia. Basta con preguntar un día porqué nuestra sociedad se ha alejado de lo natural y seguro nosotros flotaremos en el tema. Nosotros somos los causantes del consumismo. Se supone que combinando la psicología con las características de la población, en los mejores de los casos, los profesionales de la publicidad manipulan la información en los medios de comunicación para crear zombies compradores. Dicen que incluimos mensajes ocultos en la imágenes, música, logos, en jingles, y en donde sea posible con tal de atacar las mentes y crear consumidores. Por una parte, estas afirmaciones son un poco molestas, pues lo trabajos que realizamos son con investigaciones que descubren las necesidades ocultas de los consumidores. Nosotros no creamos necesidades. Y en el peor de los casos, si se crean nuevos productos que aparentemente no tendrán un beneficio, son las empresas las que los crean, no los mercadólogos. Sin embargo, esta situación nos puede elevar el ego. Goebbels, el estratega de Hitler, dijo un día que es más importante el poder que percibe el enemigo de nosotros, que el verdadero poder que poseemos. Es así como el consumidor nos percibe. Es así como las empresas consideran nuestro trabajo. La fuerza que tenemos al momento de vender da frutos, lo que garantiza una larga vida a la publicidad.
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