Cada actividad que emprendemos desde pequeños es con un solo fin: alcanzar el éxito. Pero, ¿qué es eso? ¿Es un momento, un periodo o una ilusión? La mayoría imagina el éxito como una familia, autos y una enorme casa; otros piensan que el éxito es ser felices; para una empresa el éxito es quizás ser líder en el mercado o por lo menos, ser rentable. La característica principal es la superación. Pero caemos en la misma cuestión ¿qué es la superación? Sabemos que una empresa o una persona necesitan plantearse un objetivo, un impulso para avanzar. Además, se debe plantear una estrategia para tomar caminos seguros y firmes probados por la experiencia de otros. Una vez que hemos alcanzado esa meta con tropiezos y con aprendizajes ¿significa que hemos alcanzado el éxito? Eso nos hace pensar que el éxito es como un espejismo. Una vez que llegamos a un punto planteado es necesario mirar al frente y formular otro punto de llegada. Entonces nos damos cuenta de que el éxito total no se puede alcanzar, al menos en una empresa. No podemos quedarnos estancados una vez que cumplimos nuestra misión, pues los consumidores cambian y la competencia también. El trabajo de las empresas nunca termina. El éxito llega con esfuerzos y experiencia, pero no llega para quedarse. Mantener un trabajo constante significa luchar por esa gloria buscada, y aquél que se queda en el festejo, quizá esté perdiendo tiempo. Fotografía cortesía de Fotolia
Comentarios