Gracias al uso de las redes sociales u otros medios de comunicación, el despotricar contra la televisión es algo casi obligatorio, al menos en nuestro país. Su contenido de paupérrima calidad remite a pensar que la televisión (siquiera la abierta) no ofrece aportación alguna en pro del intelecto de quien la consume. Tanto se ha popularizado el tema de la “tele-basura” (que aunque no novedosa sí en constante decadencia) que el expresar cualquier cosa en contra de ella solamente representaría agregarle más elementos a la inminente pobreza en cuanto a calidad. Sin contar los famosísimos infomerciales, que a pesar de tanta crítica inundan la pantalla con bastantes horas de programación diaria; solamente es necesario prender el televisor aleatoriamente en uno de los canales principales, para poder observar que el contenido no aporta en lo más mínimo. Pero obviando el contenido, ¿la publicidad es buena? Ahora, habiendo tantas maneras de hacer publicidad, aun con la todavía increíble trascendencia de la televisión como el medio de comunicación masiva por excelencia, parece ser que ésta ya no es prioritaria ni en la mínima cantidad (en lo que se refiere a T.V. abierta). Y es que en un país con una televisión que en plena hora de la comida, tiene el valor para mostrar anuncios de intestinos supurantes gracias a úlceras o productos milagro promovidos por “líderes de opinión”; pocas son las marcas que se animan a manifestarse de manera diferente en T.V. Y el hablar de “pocas” es por algunas pequeñas excepciones, porque, a ciencia cierta, ese “pocas” bien podría ser transformado a “ninguna”. Si de contenidos televisivos hablamos, parece que ha quedado claro que la situación no va a cambiar hasta el día en que masivamente se decida apagar el televisor y se vete a toda aquella porquería ofrecida en él. Pero si de publicidad hablamos, ¿será que ya no exista solución? Siguiendo la misma línea, la solución sería la misma. Porque, si el nulo contenido de la televisión ha hecho a las marcas caer en una zona de confort, se ve complicado que su publicidad mejore. Lo bueno es que cada vez existen más maneras de manifestar a una marca. La circulación de la información es tan vasta que no se cierra el panorama si en la televisión los contenidos son malos. Aunque, claro, si la televisión fue el referente de la publicidad por tanto tiempo, sería bueno intentar rescatarla. Imagen cortesía de Fotolia.
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