Ser planner es ver lo ya visto, darle la vuelta y verlo diferente. Es una idea bastante discutida y comentada cuando se habla de planning, y si; en muchas ocasiones vivo en primera persona la magia que hay aquí encerrada y que hay que liberar. No es descubrir otro hilo negro; es ver para qué otras realidades puede ese hilo negro servir como un comienzo de historia. Aquí les traigo un ejemplo reciente. Hace poco, con la gente de Google México, se armó un entrenamiento especial para planners estratégicos de agencias creativas en nuestra ciudad. La idea nació porque existen varias formas de ver al buscador como un aliado de la inspiración, pero quizás no fuesen todas claras y conocidas para la comunidad de planners. Y, los planners, nunca tienen suficiente cuando se trata de fuentes de inspiración. Y nunca es suficiente porque no paramos de tener que pensar y producir ideas, para un nuevo producto, para una campaña, para una plataforma online, para aportar en los planes de marketing de un cliente… Así, empezamos pensando que una primera y básica fuente de inspiración es buscar información. Buscar información de infinitos temas, palabras combinadas de diferentes maneras para ver qué sale, por ejemplo: “galletas + chocolate + niños + recreo + México”. Ya aquí hay todo un mar de posibilidades. En esas charlas de entrenamiento para planners, pudimos reflexionar sobre cómo buscar es pensar, porque el primer y más fundamental paso en cualquier estrategia es hacerse las preguntas correctas y ubicar la información justa que nos hace falta para pensar. Es ser un poco editores, curadores y detectives. Entonces, plantear esa búsqueda desde el ángulo correcto genera muchas veces que aparezcan mayor o menor cantidad de “chispas de inspiración». Haciendo la analogía con lo que Google genera en relación a la red y sus misterios, vimos como el experimento es un punto clave de aprendizaje y de avance. Si. Y no me refiero al experimento científico de laboratorio, ratas o ranas involucradas, no. Estoy pensando ahora en el mindset y en la actitud de curiosidad, emoción, esperanza y amor por el aprendizaje, que hay detrás de un experimento, que nace bien pensando y con vocación de ser interesante: hay una pregunta, por lo general una o varias buenas preguntas; hay hipótesis, algunas posibles explicaciones, unas más probables que otras para responder a esas preguntas; hay un método, un proceso que vamos a ejecutar para explorar y ver si esas hipótesis tienen alguna respuesta o no. Y de esa comprobación, nace el aprendizaje. Es un circulo virtuoso. Busquemos con ojos curiosos y vivamos experimentos para aprender nuevas cosas: he aquí una esencia muy propia de ser un planner.
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