Muchas marcas desean abrir su propia agencia de publicidad. ¿Por qué? Porque así los procesos y la comunicación, en teoría, son más eficientes. ¿Qué necesita una empresa para tener en su interior un departamento creativo? Gente creativa. ¿Cómo atraer gente creativa? Promoviendo una cultura de libertad. Pero la libertad no es irresponsabilidad. ¿Qué es la libertad? Es confianza. ¿Y qué es confianza? Es respeto. ¿Y qué es el respeto? Es ver, realmente, las capacidades del otro. La estadística dice una cosa, pero el creativo dice otra; la investigación de mercado dice que no hay que arriesgar, pero el creativo quiere echar la carne al asador; el consultor de mercadotecnia dice que hay que mejorar los precios, pero el creativo sólo habla de «branding»; el presidente de la empresa quiere ventas, pero el creativo quiere «branding» (¡necio!). ¿Cómo conciliar? ¿Responsabilizando? Sea, hágase la campaña de «branding», pero habrá responsables, es decir, gente «libre» con la capacidad para tomar decisiones (tener un alto cargo no significa que tenemos que cargar con todos); sea, tómese el riesgo, pero alguien la pagará si algo sale mal. ¿Funcionan así las cosas? Sí en la milicia (y posiblemente ni ahí), no en las empresas. Responsabilizar no es presionar o amedrentar. Responsable es el equipo, todo el equipo, y no sólo una parte de él. En una cadena de producción hay causas y efectos, departamentos que causan, departamentos que reciben efectos; bien, pues la nueva administración ya no piensa así, piensa que más que causas y efectos hay «realidades» (globales), «posibilidades» (parciales) y entropía (del sistema). El individualismo pasa de los individuos a los equipos, sí. Hay departamentos individualistas, hay equipos individualistas, hay, en fin, empresas individualistas que sólo piensan en competir y no en trabajar con otras marcas. No confundamos el individualismo con el liderazgo. El individualista quiere ser el centro de atención, mientras que el líder sabe centrar la atención de los demás en los objetivos. ¿Contradictorio? Sí, pero sólo si pensamos bajo los esquemas del capitalismo clásico (oferta, demanda, mercado, necesidad, elasticidad). Las marcas compiten, sí, pero también pueden ayudarse. ¿Cómo? He aquí la misión de los nuevos publicitarios y economistas. Imagen cortesía de Fotolia.
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