Algunos términos o conceptos en boga corren con mala fortuna, y en rubros como la publicidad y la mercadotecnia dichas palabras son replicadas tantas veces y durante periodos tan largos que su significado se diluye de boca en boca. He tenido la oportunidad de estar en distintas juntas, brainstorms, kickoffs y demás reuniones en las que los creativos publicitarios, jefes de marca, directores de mercadotecnia y hasta personal de recursos humanos emplea el léxico de moda -muchas veces sin saber a qué se refieren-. Es por eso que quiero dedicar este texto a quienes emplean palabras como disruptivo o algunos anglicismos como branding y frases más pisadas que un tapete, ¿qué tal el “out of the box thinking”? No podría ser purista del lenguaje, no me malinterpreten, pero creo que emplear la palabra “disruptivo” para desarrollar el contenido de un folleto instruccional para la oferta de algún instrumento de inversión financiera o algún fármaco novedoso es algo sobrado. La disrupción, tal y como lo indica el diccionario de la RAE es una adaptación del anglicismo disruptive, que a su vez de refiere a “entrar en desorden”, “interrumpir algún movimiento” o “que produce una ruptura brusca”. La naturaleza de la palabra conlleva una carga, en esencia, revoltosa y no todos los trabajos en la industria de la publicidad requieren del “out of the box thinking”. Las cosas en su lugar Es por eso que el uso de estos términos comienza a trivializarse para dar paso al uso de alguna “novedosa” palabra para impresionar en alguna junta y así perpetuar el vacío y la desaventura del lenguaje supeditado a los snobs de oficios que se vuelven aciagos y dasavenidos. En resumen No quiero pasarme de “disruptivo” con esta opinión pero si consideramos la premisa, “en marketing TODO comunica”, el uso de estas palabras puede enviar un mensaje inequívoco y peligroso… “¡Hola! Me gusta repetir las palabras que le escuché a un sujeto que impresionó a unos igual de babas que YO en una junta”. Pero como en esta vida hay que procurar un balance, propongo hacer uso del castellano para sustituir los mencionados anglicismos y usar las palabras de connotación más fuerte sólo cuando sea necesario. Autor David Oropeza García Estudié periodismo en la escuela Carlos Septién García, sin embargo, el azar me condujo a la publicidad y mercadotecnia. Actualmente me desarrollo como Copywriter / Desarrollador de contenidos en una agencia de mercadotecnia y publicidad digital. Imagen cortesía de iStock
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