Realmente me parece absurdo que un anunciante pretenda que los consumidores leamos los legales de sus promociones cuando utilizan letras con tamaños de fuentes que rayan en lo ridículo o que sean emitidos en televisión a une velocidad de trescientos cuarenta y tres metros por segundo.
Recién acabo de ganar un 2×1 en cine, siempre es agradable, ahora imaginen si se incluyen esas salas de los silloncitos y el sushi. Deben saber que siempre que tengo en mis manos alguna de estas promociones me gusta revisar los legales, que acá en México son monitoreados por SEGOB y la PROFECO; pues así me evito corajes al querer canjearlos y toparme con que no aplica en ciertos días o ya no está vigente. Sin embargo en este caso no me fue posible, no sólo el tamaño de la fuente era microscópico sino que era blanca sobre un fondo amarillo, motivo que ocasionara que todo ser humano carente de superpoderes le fuera imposible su lectura, desconociendo así su contenido. Con ello decidí acudir a internet en busca de esta “promoción increíble”. Rápidamente di con ella y seleccioné mi cupón sobre un slide que mostraba las imágenes de los diferentes premios. En este caso sí se mostraban los detalles, indicando cómo aplica y cuándo no es válido. Sin embargo no todos tienen la neurosis ni la inquietud, como en mi caso, para buscar en la red aquello que por ley debería estar en el cupón ganador. En este caso, ¿acaso se podría considerar engañosa la publicidad por ocultar datos fundamentales de la promoción? Probablemente la empresa se defendería como boxeador en ascenso, argumentando que los términos están desplegados en el cupón (Que sea necesario un microscopio de electrones para leerlo pues ya es otra cosa). La regulación en publicidad siempre ha sido un tema puntilloso, se involucran diferentes dependencias que muchas veces no logran los objetivos. Tiende a ser muy permisiva. Un reciente estudio sobre los criterios para la regulación de la publicidad de alimentos y bebidas demuestra que criterios en México son entre 100% a 300% más permisivos comparándolos con regulaciones en otros países. México es el primer país en que los criterios sobre publicidad y sello nutrimental son desarrollados por las empresas reguladas. En México los sorteos y promociones están regulados por la Ley Federal de Juegos y Sorteos y por la Ley Federal de Protección al Consumidor. En el caso de sorteos o promociones creadas para ser realizados dentro del territorio nacional, es siempre necesario obtener un permiso de la Secretaría de Gobernación antes de realizar cualquiera de dichos sorteos y/o concursos. Debido a la falta de regulación, el criterio de la Secretaría de Gobernación ha sido en torno a que los sorteos y las promociones pueden estar estructurados de cualquier manera, incluyendo, pero no limitándolo a métodos de compra, métodos que de entrada no sean de compra, juegos de gane instantáneo o de colección regulares y promociones de juegos regulares. Todas las reglas y las bases de sorteos y promociones deben estar en español, las reglas abreviadas están prohibidas. Sin embargo la PROFECO y SEGOB han obviado el hecho que al incluir los detalles del premio o limitaciones de un concurso, deberían por lógica estar a clara vista de todos. Sin duda hay mucho por trabajar en esa área. Y bueno, el sitio web dónde consulté mi cupón también tiene aviso legal, por supuesto, con letras chiquitas. En fin, me voy al cine.
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Imagen cortesía de iStock
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