“Los hombres no lloran y las princesitas no se encabronan”, son algunos de los términos que socialmente hemos ido estableciendo para marcar una diferencia de género, en el cual nosotros mismos les decimos a las personas que si desean ser unos verdaderos hombres no tienen permitido derramar una lágrima, deben ser un hombre de acero, al mismo tiempo les imponemos a las mujeres una figura social en la cual si ellas sueñan en convertirse en una princesa entonces no pueden enojarse, lo cual las supedita a un estado constante de aceptación sin la mínima oportunidad de inmutarse. El pasado 25 de noviembre se celebró el día internacional para la erradicación de la violencia contra las mujeres y las niñas, un tema que cada vez toma más fuerza en nuestra sociedad, al grado de que cada mes, en este mismo día, se conmemora simbólicamente como el reconocido #DíaNaranja. Y no solamente se trata de un problema social, al cual como individuos tenemos que hacer conciencia, sino también es una gran oportunidad de comenzar a detonar otros puntos de la publicidad que se han perdido a través del tiempo y de manera notable en nuestro país, México, ya que después de analizar la posición de las marcas, ante esta problemática, he podido constatar que se sigue proyectando a la mujer como eje de trabajo doméstico. Aquí es donde la publicidad también toma una responsabilidad muy importante, al ser encargado de generar aquellos Tropos en los cuales establecemos a nuestros consumidores, por lo que debemos reconocer la insistencia del mercado nacional por colocar a la mujer como la clásica esclava a la limpieza, que pasa horas buscando la perfección en su hogar, perfilando de la misma manera a un género social en un estadío de violentación (si es que tomamos las referencias de la misma ONU que nos indican todo lo que significa violencia hacia las mujeres). Porque la publicidad tienen una responsabilidad aún mayor cuando hablamos de equidad de género , y esto lo podemos notar en las múltiples campañas de concientización que se han lanzado a nivel mundial, una situación que debo aceptar, aún no se puede ver en México, ya que los anunciantes y agencias siguen casados con la necesidad de imponer un modelo femenino, el cual permanece todo el día en el hogar a la espera del arribo de los integrantes de su familia, buscando el momento ideal de unión a través de productos que solucionan sus conflictos, situación que al mismo tiempo nos hace ver la falta de creatividad en muchas de las marcas ya que utilizan y re-utilizan los mismos escenarios, los cuales cada día pierden efectividad de impacto. Nosotros como profesionales tenemos la responsabilidad de no solamente generar necesidades sino también impactos sociales que eduquen y formen a la sociedad, ya que es necesario comenzar a ver la forma en cómo percibimos a nuestro target y cómo en verdad son en la actualidad, ya que la misma fórmula no puede seguir funcionando por siempre con un consumidor que ha pasado del baño y la cocina a ser parte fundamental de la oficina y el hogar en su manutención. Para finalizar les dejo algunos ejemplos de publicidad hecha en el mundo que proyecta a la equidad de género y se han convertido en campañas para la posteridad. Cerveza Quilmes: “Igualismo” Campaña Puntomatic: Ellos también pueden Imagen cortesía de iStock
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