No me había percatado de que probablemente tenga a varias marcas siguiendo mis pasitos mientras chapoteo en la web. Y debo confesar que cuando me explicaron que era una famosa cookie casi me vuelvo loca de la paranoia que me generó, sin embargo ahora que lo entiendo doy las gracias. ¿Tienen idea de toda la información que nos da Juan, que nació en Nueva York, que cumple veintidós años en dos semanas, que ya tiene sus boletos para el Vive Latino 2015, que tiene 856 seguidores en Twitter, muere por viajar a Groenlandia y que compra sus jeans favoritos en línea por que odia los centros comerciales? Supongo que puede asustar el hecho de que exista tanta información “privada” tan “a la mano” de muchos desconocidos, pero la realidad es que esa información hoy vale oro. Pero momento, no es nada fuera del otro mundo, todo fue informado por nosotros mismos ¿Ya se dieron cuenta? Hemos alimentado a gran medida una nube llena información que ha ayudado a entender un poco más nuestro comportamiento. No hay nada en la red que nosotros mismos no hayamos aceptado informar. Cuando estudié Comunicación en la universidad era imposible imaginar la cantidad de datos que se arrojarían en una par de horas haciendo click por aquí y click por allá. Ponga su contraseña aquí, ¿es usted mayor de edad? ¿De qué país nos escribe? Ni si quiera una suscripción a un revista arrojó con tal exactitud la información de un usuario Una cookie almacena toda la información que se considere importante acerca de nosotros, de ésa forma pueden darnos una página completamente adaptada a nuestros gustos, nos ahorrarnos ingresar vente mil veces nuestra contraseña y nos mantienen como fondo de sesión de mail el color rojito que tanto nos gusta. Pero la mejor parte, o al menos en lo personal la más interesante, es que también puede recordar si de tu correo abriste una publicidad de promoción en vuelos internacionales o sí buscaste vestidos de novia baratos y de ahí actualizaste tu estado en Facebook. Finalmente todo se puede resumir en que contamos con información fresca ¡en tiempo real! Es importante resaltar nuevamente que toda la información que proporcionamos en internet siempre será bajo nuestro consentimiento. Nuestras cuentas de bancos, de redes sociales, de música y venta en línea, entre otros, siempre nos pedirán información que verifique no estén hablando con “algo no humano” (jajajaja) y que claramente no salga corriendo con una deuda gigantesca. Por lo general, siempre nos solicitarán la palomita en el “Acepta ustedes las condiciones….” Si tienen dudas o algún temor de que tus datos estén tan a la mano, échale un vistazo a la parte de SEGURIDAD de tú información en cada una de las páginas dónde te soliciten dejar algún dato. No existe regulación o ley alguna que ampare una “Yo no quería que usaran mis datos” la responsabilidad de un buen uso de nuestra información está bajo nuestro control. Imagen cortesía de iStock
Comentarios