Siempre que las personas me preguntan qué estudié, termino por contestar que diseño, ya que una Licenciatura en Artes Visuales suele generar miradas extrañas y confusión, y por supuesto, la pregunta obligada después de eso es “¿y en qué trabajas?” a lo que suelo contestar “publicidad”, voltean hacía los lados, y me dicen “Ahhh o sea, ustedes…” y la persona en cuestión hace un ademán de fumarse un porro. Sonrío políticamente correcto y les digo serio “No”. En un principio no le daba importancia a ese tipo de comentarios, pero después de la quincuagésima vez es un poco incómodo. Algo que siempre prevalece es aquella palabra que nos define y marca por el resto de nuestras vidas, sin importar si eres diseñador, copy, estratega, o cualquier otro ente que circula los pasillos de una agencia, invariablemente llega la trágica afirmación “Has de ser bien creativo”, porque para ellos cualquier cosa que hagas, por más mundana que sea, quedará atada a ese estigma llamado creatividad y al aura mágica que la gente cree tienes y ha hecho que ganes tu boleto a Hogwarts; somos los marginados, los excluidos, los que jugamos videojuegos, nos gustan los cómics, la ciencia ficción y la fantasía; ¿adivinen qué? Si, nos gusta todo eso, pero nos gusta porque son excelentes, Lord of the rings, The incredibles, Akira, Star Trek, The Avengers o Game of Thrones les suenan conocidos, fan antes de que fueran populares ¡Boom! Pero no nos desviemos del tema. Creatividad. En la mayoría de los casos existe un halo divino alrededor de la gente que labora en este medio, la famosa musa, en la que todos nos escudamos para no hacer nuestro trabajo. Cuántas veces no hemos justificado las actitudes o falta de responsabilidad de una persona con “es que es un genio, déjalo ser”. Bueno, para esas afirmaciones tengo una respuesta “Fuck creativity”. Como menciona Twila Tharp en su maravilloso The creative habit, “no existen los genios naturales”, el problema es que la gente, la literatura, la televisión y el cine tienden a idealizar y convertir a aquellos que son buenos en su trabajo en seres tocados por la mano de dios, cuando en realidad son personas determinadas que han estado enfocadas en lograr sus metas y objetivos. Si, estoy hablando de las mismas personas en las que estás pensando, en Da Vinci, Picasso, Mozart, etcétera. Tharp nos explica como nos han vendido ideas erróneas de grandes hombres, como Mozart. “Nadie trabajo tan fuerte como Mozart. A sus 21 años, sus manos estaban deformadas debido a la cantidad de horas que había pasado practicando y escribiendo sus composiciones. Este es el elemento perdido en la imagen que todos tenemos de Mozart”. Él mismo lo expresa elocuentemente en una carta a un amigo donde explica lo difícil que ha sido llegar a convertirse en lo que es, “Nadie ha dedicado más tiempo y mente a la composición que yo. No existe maestro alguno cuya música no haya estudiado y repasado incontables veces”. Entonces, ¿qué es lo que debemos hacer para ser unos genios creativos? Simple, preparamos, entrenarnos de la misma forma en que un boxeador se prepara para una pelea. Un boxeador no corre kilómetros para dar mejores golpes, eso lo entrena en el gimnasio, el correr incontables kilómetros lo prepara para aguantar los doce rounds dando golpes. De esa forma debemos prepararnos para ser creativos. Debemos correr kilómetros de cultura, películas, libros, pláticas, cómics, blogs, diseño, comerciales, conversaciones, corazones rotos, amigos, pérdidas, triunfos, derrotas, viajes y un largo etcétera, para así poder aguantar la cantidad de rounds que la vida nos tenga preparada, y en cada uno de ellos seguir dando golpes. Nos subiremos al ring y así como damos golpes, los recibiremos, en algunas ocasiones nos tumbarán, y perderemos sin ni siquiera llegar al segundo round. En otras incluso seremos noqueados. La parte importante está en levantarse, regresar, seguir corriendo, seguir creando, desarrollando esa fuerza para aguantar los golpes que nos darán y hacer que los nuestros sean cada vez más precisos, fuertes y enfocados. Poco a poco aprenderemos a establecer ritmo, a movernos en el ring, crear una buena defensa, y dar ese gancho justo ahí, en el momento preciso, con la fuerza adecuada, y ser nosotros los que derribemos al rival. Nunca dejes que alguien te diga: “seguro eres bien creativo por trabajar en publicidad”, fuck it, la creatividad es un trabajo, requiere de un gran esfuerzo y preparación, y no solo eso, es un trabajo duro y requiere de tiempo y mucho esfuerzo, el creativo divo es un mito, si alguien hace bien su trabajo es porque ha puesto toda su energía, tiempo y esfuerzo en ello, si es un buen creativo o diseñador, es porque se ha partido la espalda trabajando por ello, porque se lo ha ganado. Imagen cortesía de iStock
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