De las cosas que más detesto de mi carrera en la publicidad es el poder que tenemos para materializar sentimientos y caer en un absurdo consumismo; pero ¡oh sorpresa!, me contradigo con mi argumento, ya que justo de esto es con lo que se paga mi renta mes a mes (la inevitable dualidad profesional). El tema del 14 de febrero, odiados por muchos y amado por un porcentaje considerable de adolescentes, con altas dosis de dopamina en sus cerebros, se convierte en un sin fin de campañas melosas, apeluchadas y acoloratadas por toda la ciudad. Pero en realidad ¿qué hay de las innovaciones de marca en éstas fecha? El arte de hacer publicidad no solo se trata de apoderarse de temporalidades para evocar a un consumo libre y sin culpas, ahora tienen que tener más sentido. He visto con alegría que los chocolateros, los moteles y los globeros ambulantes (también ¿por qué no?), ya no son las únicas categorías que intentan destacar en estas fechas, apenas en mi última visita a una librería me encontré con una iniciativa interesante. Resulta que Librerías Gandhi no solo ha sobresalido por su fondo amarillo y sus frases para “concientizar” sobre el problema que tenemos en México por falta de lectura, ahora le apuesta a los corazones rojos. La nombran“Enamórate de un Libro” y aunque es probable que ya se haya retomado alguna campaña similar anteriormente me parece interesante la fórmula: cultura + ventas. El objetivo está explícito, incrementar ventas y fans, pues integran descuentos, meses sin intereses, interactúan con el público mediante una activación para ganar cenas románticas y retoman el #CitaACiegasConUnLibro y es justo aquí a dónde quería llegar. Echaron a volar un poquito la mente y revisando las redes sociales me percaté de que no es la única librería que realizando ésta iniciativa para incrementar la curiosidad entre los amantes de la lectura y que están dispuestos a pagar por un “¡sorpréndeme!” Se dieron a la tarea de envolver libros de cierta editorial y dejar a la suerte el título por un precio estándar. Desconozco si el valor del libro es el promedio de toda la montaña de posibilidades, si es una manera creativa de sacar el inventario de años pasados o si le están recuperando unos pesitos más, lo interesante es la expectativa que genera. En lo personal les aseguro que podría llevarme todos, pero la realidad es que la magia se apodera de tus bolsillo al encontrarte ante todo ese universo oculto detrásde una envoltura blanca. Su iniciativa de ventas me ha hecho visitar cada uno de las sucursales y repasar los estantes atiborrados de libros forrados de blanco con tal emoción. La marca puede tener la certeza de que al menos en una persona el “call to action” fue realmente efectivo. Imagen cortesía de iStock
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