El Festival Publicitario de Cannes es el más importante del mundo. Más allá de esta obviedad, reconocida por todos los profesionales publicitarios del universo y sus alrededores, considero que es la ocasión ideal para llevar a cabo un experimento que puede resultar interesante. Se trata de presentar una campaña publicitaria que, a todas luces y sin posibilidad de discusión, sea mala. Pero mala en serio, de esas que duele ver. Todos conocemos ese tipo de campañas, las vemos a diario y, aunque nos neguemos a admitirlo, las hemos hecho y hasta nos han pagado por ello. Sin ir más lejos y sin pensarlo mucho, ya se me ocurre un par de vergonzantes ejemplos de trabajos hechos por mí. Y seguramente aquellos que estén leyendo este modesto artículo, estarán recordando otros ejemplos flagrantes. No va a resultar sencillo elegir la peor campaña posible, pero entre todos lo vamos a lograr. Y aquí viene el experimento: una vez elegida la campaña, armamos un “caso” a su alrededor. ¿En qué consiste nuestro caso? En sostener que esa campaña es horrible a propósito. Que la hicimos así para llamar la atención y que nos salió muy bien porque vendimos un XX % más que en los últimos 70 años (esto es una mentira descarada, desde luego, pero ¿qué sección de resultados de un “caso” no exagera?). En el video del caso precisaremos por qué la campaña es mala y cómo lo hicimos: por qué ese casting tan erróneo, esa música tan insulsa, esas frases tan pueriles, esa gráfica tan espantosa, etc. Además, incluiremos imágenes de gente de la agencia y el cliente muertos de risa mientras ven el comercial de televisión y las pruebas de gráfica. También podemos recurrir a las clásicas reacciones de la gente en la calle, pero en este caso mostraremos personas sacando fotos con su celular indignadas ante la pobreza de la campaña; algunos de ellos aparecerán arrojando piedras a los carteles de vía pública. Ningún caso que se precie de tal puede excluir las redes sociales, por lo que el nuestro destacará los comentarios negativos (todos, en realidad), muchos de ellos compartidos por nosotros mismos. El nombre del caso es “The Worst Campaign in the World” –sabemos que titular un caso de este modo siempre llama la atención. Y lo inscribimos en Cannes en todas las categorías posibles, algo que, de todas maneras, ya se hace con campañas apenas un poco menos reprochables. ¿Qué opinan? ¿Gana algún León o no?
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