Siempre me han sorprendido los deportistas. Esos seres enérgicos, responsables y muy disciplinados. Ser uno de los grandes no es fácil. Sacrificios, entrenamientos y ardua labor que al final se reflejan en resultados positivos. Ser creativo no está lejos de ser deportista. Las ideas no vienen en cajas de cereal ni son compradas al mayoreo. Esas pequeñas y diminutas partículas de “algo” que prometen estallar, son difíciles de encontrar pero no imposible. Se esconden en lo más hondo de ti y odian la luz del día. Al encontrarlas, logran su esplendor y entonces hacen magia. Una buena idea está dotada de muchas características que la hacen única; color, forma, tamaño, espacio y tiempo definido, densidad, potencia y un sin fin de características más. Mantener una comunidad creativa en tu cabeza no es tan fácil como parece, llegará un punto en el que, como una manzana infectada; todas tus ideas se irán mimetizando hasta que sin darte cuenta, volverán a ser una grande y aburrida masa de tonterías. Y entonces, estarás frito. La creatividad es un proceso muy divertido y bastante tedioso a veces (al menos para los obsesivos y perfeccionistas como yo) en el que cualquier idea puede ser buena. No importa de dónde o de quién venga, simplemente puede ser genial. Podrías reconocer una idea ganadora respondiendo la mayoría de sí en la siguiente lista:
- ¿Te da miedo? Es buena
- ¿Sientes mariposas? Ya te enamoró
- ¿Responde al problema planteado? (Sé honesto)
- ¿Darías tu trabajo por esa idea? Eres un loquillo
- ¿La gente no está segura? Ignóralos, no saben de lo bueno
- ¿Te causa conflicto? Ve al psiquiatra
- ¿La amas con locura y sin control? ¡Uy!
- ¿Sueñas tu idea, la ves por todos lados? Me das miedo
- ¿Estás realmente convencido de que funcionará? Ponla a prueba
- ¿Ves a tu jefe dudoso? La ama pero se hace el interesante
Como verás, una idea puede ser y tener muchas respuestas a posibles cuestionamientos absurdos pero divertidos como esta lista. Lo importante es no dejar de hacer cosas ni dejar de crear. Porque una idea es una creación minimal que terminará siendo kitsch o a la inversa. Las buenas ideas no vienen en huevitos Kinder, pero sí se logran con muchos huevos. Por lo general y en mi experiencia, una buena idea sólo requiere de coraje, valor (y 10/10 respuestas de la lista) para ser rompedora. Busca una idea, encuentra su hábitat y como jardín inglés, cuídalo, críalo, crécelo y con el tiempo, tendrás una verdadera fábrica de hacer ideas. Recuerda que la creatividad es una partícula volátil que hay que perseguir todo el tiempo, y en el camino nos irá mostrando diferentes rutas y opciones para hacerla crecer. Imagen cortesía de iStock
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