En la industria de la publicidad, la comunicación o la mercadotecnia, un requisito indispensable es fomentar la creatividad en el día a día. La meta para los autodenominados “creativos” es bajar esas brillantes ideas que se gestan en su cabeza en mensajes originales, atractivos e interesantes para el público. Sin embargo estas ideas no surgen de la nada, necesitan alimento que las ayude a producirse. Ahí es donde entran una gran serie de estímulos y fuentes de inspiración: arte, literatura, fotografía, arquitectura, la calle, el cine, una conversación, una mujer… y claro la música. Y es que la música ha estado presente desde hace miles años como forma de comunicación, para entretener y claro para ser una de las más bellas expresiones artísticas. Ahora bien, la música es fuente de creatividad, y no lo digo al aire, existe una gran serie de estudios que lo comprueban. La música nos estimula, nos relaja, nos canaliza y por medio de sus letras y melodías nos inspiran; además, la música que escuchamos es reflejo de nuestro estilo. Cada persona sabe con qué música inspirarse, algunos prefieren algo ligero, como lounge, chill out o bossa nova. Otros prefieren algo estridente como el punk, el grunge o el metal; también podemos recurrir al psicodélico o al progresivo; lo importante es hallar esa música que sugestione ese “súper-yo creativo”. Yo por mi parte martirizo a mi equipo de trabajo con rock y ritmos latinos. En la oficina de redacción hemos escuchado los estilos más representativos de cada país Latinoamericano, desde tangos hasta bossa nova, pasando por cumbia, sones cubanos y jarochos, boleros y danzones, salsa y ritmos andinos, rumbas y demás. Me parece importante que, en cuestión de redacción, mantengamos abiertos los oídos para disfrutar con los sonidos y las letras de gente como: Violeta Parra, Víctor Jara, Silvio Rodríguez, Piero, Pablo Milanés u Oscar Chávez; y disfrutemos de las melodías de Gardel, Inti-Illimani, Buena Vista Social Club, João Gilberto o Tom Jobim. Escuchemos un poco de Soda Stereo, Sui Generis, Almendra, Los Fabulosos Cadillacs, Illya Kuryaki and the Valderramas, Bajo Fondo; de Los Tres, Los Prisioneros, Los Bunkers; de Aterciopelados; de Zurdok, Jumbo, La Gusana, Fobia, Café Tacuba, Santa Sabina o La Castañeda. Y dejémonos atrapar por nueva propuestas como Centavrvs, Agárrate Catalina, Radaid, Monsieur Periné, La Santa Cecilia o Bomba Estéreo. Abre Spotify o Deezer y busca a féminas como Andrea Echeverri, Fabiana Cantilo, Cecilila Toussaint, Ely Guerra, La Mala Rodríguez, Alika, Ana Tijoux, Jessy Bulbo, Natalia Lafourcade, Julieta Venegas; a las Ultrasónicas o a Ruido Rosa. O pon la música de cantantes como Gustavo Cerati, Calamaro, Fito Páez, Luis Alberto Spinetta, Charly García, Pedro Aznar, Manuel García, Jorge Drexler, Vicentico, Caloncho, Gepe, Pedro Piedra, Torreblanca o Siddhartha. Y por qué no, en algunas ocasiones regresemos en el tiempo y escuchemos composiciones de José Alfredo, Agustín Lara, María Grever, Alvaro Carrillo, Ernesto Lecuona, Chico Novarro, Benny More, Julio Jaramillo o Alfredo Le Pera. Una buena dosis de música latina seguramente abrirá tu mente para escribir un bueno número de copies, para sacar esa ilustración que lleva días gestándose en tu cabeza o simplemente para ponerte de mejor humor.
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