Las empresas tradicionales son aquellas MIPYMES que no tienen visión global y que se basan en principios establecidos en épocas pasadas. Son organizaciones cuyos fundadores únicamente consideran importante el hecho de vender, y no de tener clientes satisfechos ni brindar un buen servicio; o simplemente aquellas que no son capaces de consolidarse en el mercado debido a las deficiencias administrativas y a la nula evolución. Por lo tanto, les resulta prácticamente imposible siquiera pensar en el hecho de invertir en marketing y publicidad. ¿Qué es eso?… ¿Con qué se come?… Es increíble el número de empresas tradicionales que existen actualmente en México, e indudablemente, representan un gran reto para todos los mercadólogos y publicistas independientes, y por supuesto para las agencias. Pero, ¿acaso los retos no son divertidos? Es decir, este tipo de desafíos resultan sumamente motivadores para seguir en esta industria, y desde luego, nos invitan a reflexionar acerca del enorme trabajo que hay por hacer. Si eres freelance o trabajas en una agencia pequeña, seguramente sabes a lo que me refiero. A continuación te comparto algunos de los retos más frecuentes con los que te enfrentarás en este tipo de empresas.
- El marketing es un gasto, no una inversión. Al parecer la mayoría de empresarios con mentalidad tradicional no conciben la idea de que un plan de marketing o una campaña publicitaria puedan otorgarle un retorno de inversión. Asimismo, objetan con argumentos como: “No lo necesitamos; nuestros clientes siempre vienen aquí”
- Eso se me pudo haber ocurrido a mí. Es la típica frase que sale a relucir al momento de presentarles una campaña o brindarles asesoría. Pero digo yo, ¿entonces por qué no se le ocurrió esa idea antes? Y por supuesto no te contratan porque quieres cobrar por “simples ideas”.
- ¿Por qué tan caro? Esta pregunta surge cuando le muestras la cotización y, como es de esperarse, se convierten en los amos del regateo. En caso de ofrecer servicios como CM o SMM, suelen decir algo como: “Pues si nomás se trata de moverle al face”
- Mis productos van dirigidos a todo el mundo, cualquiera los puede comprar. A menudo las empresas tradicionales cometen el gran error de pensar que no es necesario realizar una segmentación y, por ende, realizan esfuerzos publicitarios y mercadológicos dirigidos a “todo mundo”, porque claro, el agua embotellada, los tacos y hasta las galletas las puede comprar cualquiera, ¿no?
Mi intención no es promover la antipatía hacia las empresas en cuestión, sino todo lo contrario. Considero que hay muchísimo trabajo por hacer en este sector; me refiero a educar al consumidor y generar credibilidad para que confíen en el marketing y la publicidad tanto como nosotros lo hacemos; ése es el gran reto. Imagen cortesía de iStock
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