Cuando analizamos la misión de todos los negocios, vemos que coinciden en ofrecer soluciones o mejorar el nivel de vida de la gente. Pero al final del día y para ser honestos: todo se trata de vender, y de vender más. A veces nos gusta mirar hacia abajo a los vendedores. Los subestimamos, y pensamos que su profesión no es muy seria. Pensamos que normalmente son el último eslabón. Pero acostúmbrense a algo: todos somos vendedores. Al trabajar para una marca de productos líderes en el consumo popular, hemos sido testigos no sólo de cómo cuidan y procuran a su área de ventas, sino además, cómo todos dentro de la organización se comprometen para promover el consumo de sus productos, con un orgullo que es digno de envidiar. Cuando vemos las masivas convenciones de marcas de ventas por catálogo, nos sentimos eruditos al ver qué les dicen y cómo los motivan. Sin embargo, cuando vemos lo que sucede en niveles corporativos, el contenido no es tan distinto: se trata de alcanzar objetivos, metas. Los tonos pueden ser diferentes, pero el fin es el mismo. Hagamos lo que hagamos, hay que salir cada mañana de casa sabiendo quién es nuestro mercado, cómo vamos a abordarlo y qué puede interesarle de nosotros. ¿Listos? Imagen cortesía de iStock
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