Cada día que inicia, tenemos una misión en común: levantarnos para ir a hacer algo. Pero ¿lo hacemos por inercia? ¿Esperando la quincena? ¿Esperando que pasen 10 meses para nuestras vacaciones? ¿O realmente como una misión para lograr algo? Así como las estrategias de marketing o las campañas publicitarias tienen un objetivo definido, y mediante pequeñas acciones van logrando sus resultados planteados, lo mismo sucede acá. Siempre hay una Big Picture y requiere de un plan diario para alcanzarlo. La diferencia muchas veces consiste en saber a dónde vamos cada día, y que cada pequeño detalle que llevemos a cabo, esté enfocado a lograr un resultado. En realidad es una disciplina. Todos los días debe de presentar un reto para nosotros, y lo primero que hay que hacer es crear un documento con nuestros objetivos del día, nuestras tareas, y evaluar al final si todo se llevó a cabo. ¿Cómo te ves en 5 años en un plan ideal? ¿Qué necesitas para lograrlo? Algo parecido le pasa a las marcas. Las marcas no viven por vivir. Nacieron para algo, y tienen su objetivo específico. Durante el proceso van ajustando su estrategia, y sobre todo, van detectando nuevas áreas de oportunidad. Así, surgen las submarcas, las versiones, e incluso los rebrandings. Vivir cada día con retos, te va a dar la oportunidad de estar alerta, de conocer personas, de interesarte en nuevas áreas, de plantearte objetivos que a lo mejor no habías detectado. Se trata de ajustar el lente, enfocarse, saber qué te mueve y ver la manera para poder llegar ahí. La vida nos ofrece un sinfín de opciones, y cada uno debe de tomar sus propias decisiones. ¿Cuál es tu siguiente tarea y hacia dónde va encaminada? Imagen cortesía de iStock
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