I am not what happened to me, I am what I choose to become.
—C. Jung
Si existe algo que caracteriza a las personas que laboramos en creatividad, comunicación y otros menesteres, son las quejas. Nos quejamos de todo y de todos, pero de los que más lo hacemos es de nuestros propios compañeros, siempre hay una, o varias manzanas de la discordia en todas las agencias, compañías o cualesquiera que sea la oficina en la que trabajes. Me pregunto si en verdad es culpa de otras personas todo de lo que nos quejamos, ¿en verdad pensamos en el problema y lo abordamos con la claridad y seriedad que ello requiere? Porque claro, nuestro primer pensamiento siempre es y será: “Es que es un idiota, siempre hace las cosas mal, y yo siempre tengo la razón”. Todo ambiente laboral queda reducido a un mercado de verduleras, ni más, ni menos. Las peleas son constantes entre los creativos y los de cuentas, los de cuentas y los de estrategia, los de estrategia y los digitales, los digitales y los creativos y así, el círculo vicioso sigue y sigue en un tobogán lleno de campañas, diseños y pitchs sin fin. Así que tú, que estas leyendo estas letras y te has quejado de un compañero de tu oficina, si, tú, no te hagas, te propongo un ejercicio muy sencillo, tómate un momento de reflexión y piensa cómo sería la agencia en la que laboras si todos y cada una de las personas en ella fueran tú. Imagina si tú eres el director general, eres el planner, el de cuentas, el de administración, el diseñador, el creativo, el copy, el que contesta el teléfono, el que hace la limpieza, tod@s. Ahora que ya hiciste este ejercicio, dime, ¿cómo sería tu agencia? ¿Sería un mejor lugar del que es ahora? ¿Todo seguiría igual? y sin miedo, también contesta ¿sería un peor lugar del que es ahora? Se honesto. Nadie te está viendo. Siempre reflejamos nuestros problemas hacía afuera, y a pesar de que nadie es perfecto, nosotros nunca estamos mal, y en la mayoría de las ocasiones no somos capaces de hacer la más mínima autocrítica. El mundo está en mi contra, todos son unos pendejos, pero, como tengo que jalar, pagar la renta y comer, me aguanto y pongo cara de pocos amigos, porque claro, es más fácil quejarte y decir que el diseñador es un flojo, que la de cuentas no sabe nada y que el jefe es un idiota. Discúlpame, pero si no estás a gusto, y todos a tu alrededor son unos ineptos y solo tú tienes la razón, la respuesta es muy sencilla, renuncia. Estoy seguro de que si eres tan bueno como pregonas que eres y todos los que te rodean son inferiores a ti, encontrarás trabajo en lo que llegas a la puerta, es más, se pelearán por ti allá afuera. Al final de Sev7n de David Fincher, Somerset menciona una cita de Hemingway: “The world is a fine place and worth fighting for”. Bueno, pues yo digo, “las agencias son unos lugares geniales, y vale la pena pelear por ellas”. Deja la apatía, deja las quejas y haz algo por hacer de tu espacio un mejor lugar, si alguien no sabe enséñale, si tú no sabes, pide ayuda, si ves algo mal, arréglalo, si ves algo bien, no lo rompas. Imagen cortesía de iStock
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