Hace unos meses terminó la Copa América, y te guste o no el fútbol, durante todo el campeonato no se hablaba de otra cosa que no sea referente al balón pié. Hablaban del que se chocó, del que le metió el dedo al otro , del crack que fue eliminado de la copa y de los fichajes a los jugadores por parte de los clubes europeos. A raíz de este torneo todos hablaban de la trayectoria de los jugadores, cuándo fue que metió más goles, de dónde vino, a dónde se va, en conclusión: Hizo que todos los fanáticos se emocionaran. Pero acaso también -como publicistas- ¿no nos emociona la publicidad? Cuando vemos un caso que tiene como recurso una idea tan sencilla que nos hace pensar: “Genios, la idea estaba ahí nomás, la pude haber sacado yo” como si se tratase de una jugada de lujo. Esa jugada publicitaria también la comentamos, pero nunca con tanta emoción como comentamos el fútbol. A lo mucho sabremos sobre la agencia que lo hizo, pero no más. Y no solo basta saber qué agencia lo hizo, si no también saber… ¿Quién o quiénes fueros los creativos que sacaron esa idea, de dónde vienen, cuales fueron sus trabajos anteriores, tienen fanpage, twitter, los puedo seguir por algún medio? Así como hace unos meses pasó la Copa América, también pasó el festival de Cannes Lions. Comentamos las ideas, las marcas y las agencias, pero muy poco de los jugadores publicitarios. Deberíamos comenzar a buscar más a los creativos, directores y diseñadores que están detrás de las campañas que vemos en Cannes Lions y así hablar con la misma emoción sobre nuestra pasión… la publicidad. Imagen cortesía de iStock
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