El feminismo está viviendo tiempos memorables, las personas que se proclaman feministas van en aumento, incluyendo a los artistas y políticos reconocidos. Tenemos que aceptar que es trending y posiblemente, es la mejor tendencia que nos pudo haber alcanzado. Sin embargo, con respecto al cambio dentro de las sociedades estamos un poco lejos y no podemos obviar el papel de la publicidad en este tema. Según el decálogo para identificar una publicidad sexista de Mujeres en Red; mostrar a la mujer como objeto, incapaz de controlar sus emociones, fijar un estándar de belleza y no involucrarlas en decisiones económicas, son violencia de género en los anuncios y campañas. Ya todos y todas hemos visto este tipo de enfoques desde hace mucho tiempo, pero se ha demostrado que otra publicidad es posible. Cada vez vemos a más mujeres en el mundo de la publicidad y aunque, a veces, repetimos los mismos vicios, somos una gran influencia en el tipo de ideas que salen de las agencias. Cada día vemos directoras creativas que están marcando una gran diferencia en la forma de hacer publicidad. Como muestra de ello, tenemos a Nancy Vonk, directora creativa de Ogilvy Toronto, quien ha sido premiada por la campaña ‘Dove, por la belleza real’. Esta idea le mostró al mundo que la publicidad no debe ir de la mano con el sexismo para poder vender y que además, desde este medio se pueden lograr cambios en los estereotipos de género, porque al final de todo, somos generadores de opinión y constructores de cultura en las sociedades. También tenemos el muy exitoso caso de la campaña #LikeAGirl de P&G Always, que fue creado por Judy John y Becky Swanson, Directoras Creativas de Leo Burnett Chicago, Toronto, London/Holler, en colaboración con la documentalista Lauren Greenfield. Esta campaña bajo el tagline ‘Reescribir las reglas’ (Rewrite the Rules), buscaba cambiar la percepción de una frase, usualmente usada negativamente, y lo logró de forma extraordinaria. Se deben crear ideas mucho más inclusivas e innovadoras que llamen la atención por un buen concepto, libre del uso de recursos gastados donde se refuerzan estereotipos. Poco a poco se puede ver cómo la publicidad evoluciona en este tema y tanto hombres como mujeres publicistas tenemos el deber y la capacidad de romper los esquemas tradicionales.
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