Me gusta entrar a mi lugar de trabajo y verme rodeada de diversidad de colores; colores cálidos o fríos que funcionan como “enchufe al momento de pensar en ideas”; es llegando a ese rincón para que escuche los engranajes de mi mente moverse e iniciar en el largo y excitante camino de creación. Todos los publicistas tenemos nuestros lugares preferidos para pensar, esos lugares en donde nos sentimos tan a gusto que olvidamos que estamos trabajando; lugares que reconocemos como fuente de inspiración, donde todo fluye, todo converge y todo llega. En mi rincón siempre tiene que haber colores, música, madera, espacio, crayones, marcadores, hojas en blanco y café, sobre todo café. En el momento en que la hoja en blanco y yo entramos en conflicto me gusta levantarme del sillón y sentir como se conecta el pensamiento lateral con el pensamiento lineal para que unidos logremos crear propuestas, sean estas simples, complejas, abstractas, pero que al final hacen clic con la mente del grupo al que quiero llegar. José Saramago, escritor portugués ya fallecido, definió a la publicidad como “El treceavo Apóstol” No dejó de sorprenderme este calificativo del autor, por tomar un tema religioso y trasladarlo al universo publicitario. Al analizarlo, comprendo que la labor de los doce apóstoles de la Biblia fue la de persuadir a los oyentes, podemos decir en este caso, al grupo objetivo, acerca de las verdades del cristianismo. Traduciendo así, Saramago aportó que los publicistas persuadimos, desde nuestro rincón, a la gente que queremos que se conecte a través de emociones y sentimientos con nuestra idea. Metáfora encantadora esta. Así que publicistas del mundo, amemos nuestro rincón, cada uno de ustedes sabe de qué estoy hablando al momento de decir “nuestro rincón”; sumérjanse en él y no emerjan hasta que estén satisfechos con lo que han creado y escrito. Este rincón queridos publicistas, es nuestro ambiente, nuestra fuerza jedi, nuestro espacio, nuestro latido. Sea donde sea que tengamos nuestro rincón, sépanlo, es nuestro y de nadie más. Por eso cuidémoslo, valorémoslo y disfrutemos a lo lindo nuestra estancia ahí. Si tenemos más de un rincón ¡En hora buena! Eso significa que estamos abarcando más lugares de este universo para crear ideas simples y complejas. Imagen por iStock
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