Este post está dedicado a todos los community managers, diseñadores, programadores, bloggers, y demás profesiones donde se considera que eres tan, pero tan nerd que ni siquiera es necesario verte en la oficina porque no hará ninguna diferencia. La exageración está demás, la verdad es que en la gran mayoría de las empresas esta es una simple movida financiera, muy efectiva, por cierto. Pero toda persona que trabaja desde casa entenderá el sentimiento que deseo expresar, como una especie de invisibilidad crónica y perenne que hoy les describiré en un artículo muy «simpático». Un trabajo envidiable Si no estás familiarizado con esta fascinante dinámica, tan solo imagínalo: te levantas, te preparas, haces tu taza de café, te sientas frente a la compu y listo. Una jornada de trabajo más. ¡Piensa en todos los beneficios! Tienes tu nevera a solo pasos de distancia, la disponibilidad de estar con tus seres queridos, el placer y la tranquilidad del hogar, puedes ir al baño sin pudor alguno y la vestimenta es casual, o bueno, opcional. Por eso hoy pregunto a todo el mundo, ¿verdad que es muy bonito trabajar desde casa? Si entendiste la clara referencia a cierto programa de televisión ya extinto, eres de los míos, pero sinceramente, en mi opinión, trabajar desde casa es muy bonito si (y solo si) no tienes absolutamente nada más que hacer y puedes disponer de tu tiempo libre haciendo lo que se te antoje. Hoy quiero hacer una descripción un poco más realista de esta circunstancia particular, después de todo, en este maravilloso camino profesional que he emprendido sentada, acostada, de lado o jorobada frente a mi laptop durante casi la mitad del día ciertamente he podido aprender un par de cosas. Por ejemplo: 1. El tiempo vale oro Esto aplica especialmente para quienes deben cumplir horarios. Si rememoras todo lo que hace una persona normal en una oficina usualmente, te darás cuenta que de vez en cuando tienes la posibilidad de hacer cosas de humano, o, en idioma de trabajo a distancia, «perder el tiempo». Conversar, hacer comentarios, socializar, salir de casa, son cosas que, aunque no lo creas, se convierten en un profundo anhelo cuando tu supervivencia este mes depende de las horas en que tu trasero desaparezca frente a un ordenador. Pero en tu casa también puedes hablar con los demás y eso, ¿verdad? 2. Cada minuto cuenta Digamos que sí pero no, generalmente estás siendo vigilado de alguna forma así que cada minuto que no estés, cuenta. Como un grano en un reloj de arena extremadamente malévolo y aburrido cuyo dueño a la vez tiene una necesidad muy grande de mantener todo bajo control para evitar inconvenientes. Está bien, se perdona, pero también hay otras cosas que no dependen de uno ni de nadie… 3. Las personas subestiman tu trabajo Generalmente vale la pena el sacrificio dependiendo de cuán apegado estés a tu salud mental y física. Sin embargo, lo que sí es difícil es hacer entender a las demás personas que, efectivamente, estás cansado al final del día aunque ejerces desde casa. Por alguna extraña razón en nuestra cultura trabajar en el computador es equivalente a ser una morsa que no hace nada, cuando en realidad estamos tal vez hasta más ocupados que cualquiera. 4. «Gusfraba» A menos que tengas una buena oficina en casa, o que vivas en un sitio tranquilo tipo Narnia, por ejemplo, estarás expuesto una y otra vez a miles de factores distractores. En mi caso, estos son mi bebé de 4 meses, la señora loca de enfrente y su radio a todo volumen, los perros de la vecina, la gente que me habla pensando que estoy matando tiempo en Facebook o jugando Candy Crush… Tener paciencia en esta situación es algo digno de monjes tibetanos. 5. NO eres tu propio jefe Quizás tarde pero seguro caí en cuenta de que uno no es su propio jefe hasta que, en efecto, de verdad se convierte en jefe. ¿Cuáles son tus posibilidades de obtener un ascenso o tener tu propia empresa trabajando desde casa? Lo último quizás pueda ser la opción más viable, pero nadie dijo que sería fácil. Quizás cuando amas lo que haces cuesta ver más allá de la labor cotidiana, y aunque cuestionarte los hechos nunca está demás, es posible que nos ahoguemos en un vaso de agua más de una vez. Trabajar desde casa es una oportunidad genial, pero no es para todo el mundo. Obviamente es crucial aprender a organizar tu tiempo a menos que quieras resignarte a ser ermitaño, pero lo más importante de todo es siempre pensar en grande y sacarle el máximo provecho a tu talento. ¿Qué opinas de trabajar a distancia? Déjanos tus comentarios y si te gustó el artículo no dudes en compartirlo, ¡lo apreciaremos! Imagen por iStock
Comentarios