El otro día, mientras disfrutaba de una amena charla post almuerzo en el pub de la agencia, unos amigos y yo debatíamos sobre los poderes que tienen los súper héroes. Hablábamos del que tenía el súper dinero, el de la fuerza, el más veloz, el inteligente, el que se hace invisible y muchos otros poderes que a un geek le interesaría leer o debatir. El punto es que llegamos a la pregunta que todos quieren responder: ¿Qué poder te gustaría tener? Cada uno de los que estaban sentados en la mesa mencionó el poder que le gustaría tener y para qué lo usarían. Definitivamente no tendríamos a ningún Superman en la agencia. Todos se imaginaron poderes muy buenos y divertidos, pero los usos que les darían serían moralmente incorrectos e indudablemente penados por la ley. En fin, son creativos, que se les puede hacer. El debate llegó a un punto interesante cuando surgió un poder que muchos de los creativos tenemos, pero que la mayoría pasa por alto: El poder de adoptar múltiples comportamientos. Un poder que usamos cada vez que pensamos una nueva campaña. Ya sea para el lanzamiento de una goma de mascar dirigida a tweens o una promoción navideña de galletas para mamás millennials, siempre adoptamos el comportamiento de la personas a la que queremos llegar. Es así como podemos entender qué les gusta y cómo llegamos a ellos. Un poder que difícilmente pueda tener un súper héroe de comic. Por ejemplo, Batman siempre será Batman, hablará como Batman y se comportará Batman. ¿Se imaginan a Batman presentando un jingle para una campaña de pañales o a Spiderman contando el comercial de un jabón antibacterial? Lo dudo mucho, pero sería muy gracioso (lo guardaré para alguna propuesta). Guardando distancia con estos dos súper héroes, este poder de creativos hace que la publicidad sea lo que es y le da una magia especial a los productos que tanto queremos. Cuanto más usemos este poder, más grande será. Por eso no dejemos que pase desapercibido. Practiquemos con él a diario, en el mercado, en el metro o en el club. Analicemos el comportamiento de las personas que nos rodean, qué miran, de qué hablan, de qué se ríen y hasta cómo se visten. Con cada una de esas cosas pensemos qué podríamos hacer para llamar su atención, así nuestra habilidad creativa se hará más grande y cada vez será más efectiva. Todo en la vida es práctica y nuestra profesión no es ajena a ello, mientras más lo hagamos mejor será, y para darle emoción al asunto, pensemos que se trata de un poder que debemos perfeccionar. Imagen cortesía de iStock
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