Hoy en día la palabra diseñador gráfico se ha prostituido y devaluado muchísimo. ¿Culpables? Sí, nosotros mismos que no nos hemos dado a respetar por no querer pensar más allá de lo habitual y quedarnos en nuestra zona de comodidad. Quiero compartirles estos tres consejos que me marcaron y me han permitido ir desarrollando mejor mis capacidades como diseñador y sobre todo darle valor a mis servicios. Enfócate en los objetivos Cuando comenzaba en el diseño digital el papá de un amigo me contrato para que le diseñara un sitio web, yo llegue muy emocionado y seguro por mi trabajo, sabía que podía hacer algo muy bueno, durante la reunión el “cliente” me explico todo lo que quería y prácticamente hasta me dijo como quería el diseño del sitio web, cuando salí de la reunión iba muy emocionado pensando que me iba a ganar un dinerito muy fácil, fue el peor error que pude cometer, estuve casi un año haciendo cambios. ¿Qué aprendí? Preguntar al cliente: ¿Cuál es el objetivo que tiene? ¿Qué pretende lograr? ¿A quién le quiere hablar? ¿Qué les quiere decir? ¿En cuanto tiempo lo quiere finalizado? ¿Le puedo ayudar? ¿Le puedo dar valor a su servicio o producto? No dejen cabos sueltos y seguro no les pasará lo mismo. Conceptualiza Yo siempre creí que con el trabajo duro y largas horas de practicas en algún programa de diseño me iban hacer mejor diseñador, logré aprender muchas cosas y buenas pintas, pero cuando entre al mundo de las agencias me di cuenta que no gana más el que diseña sino el que piensa. No me mal interpreten, no soy un mercenario que solo piensa en el dinero, pero la verdad es que en estos días es difícil trabajar por amor al arte. Un diseñador que no sepa leer un brief creativo, o que no sepa desarrollar un concepto de marca o una pieza gráfica con objetivos es solamente un obrero detrás de la computadora recibiendo ordenes. Los buenos diseñadores son felicitados por su técnica, los grandes diseñadores por su pensamiento único. Los pequeños detalles sí importan Aunque parezca mentira este es uno de los temas que más deberíamos de cuidar, enfocarse en los detalles es difícil y lleva más tiempo pero el resultado final será asombroso. Tomarse el tiempo de escoger las tipografías, combinar bien los colores, ubicar las formas necesarias, saber darle peso al diseño, son los detalles que hablarán solos de tu trabajo y definitivamente van a sobresalir. Comienza a entrenar tu ojo y poco a poco los detalles te saldrán naturalmente. Espero que estos tres consejos te sirvan a desarrollarte como diseñador y te permitan dar ese salto y convertirte en ese rockstar del diseño y dejar de ser el típico diseñador gráfico. Éxitos y a practicar. AUTOR Rafa López ¡Hola Mucho gusto! Soy socio fundador de una agencia de Inbound Marketing, apasionado por el diseño limpio, la tipografía y las redes sociales. Me gusta compartir lo poco que se y aportar mi granito de arena cuando se puede. Seguime en Twitter: @rafa20 Imagen cortesía de iStock
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