«A todo el equipo creativo…» Con estas palabras inicié el día en la agencia. El primer correo entrante del día era del Director General y cuyo asunto causaba gran curiosidad. Citando las palabras textuales del cliente iniciaba el mensaje, seguidas de unas líneas mas que intentaban crear un amortiguador a la noticia. “Una de las cuentas para la que hemos estado trabajando, una marca que ha aumentado sus ventas y que a pesar de la situación ha ido posicionándose, nos dió las gracias. Pongamos mas ganas» Eran las líneas que intentaban disfrazar la tristeza y frustración que supone la pérdida de una cuenta. Según amigos del equipo que trabajábamos esa cuenta y que estuvieron en la última junta con cliente, dicen que el motivo fue el clásico «no eres tú, soy yo». Pero en opinión del director es que algo no hicimos bien o no como ellos esperaban. Palabras duras y que te pegan, pero que si las analizas van llenas de razón. —Perdimos un cliente, perdí mi primer cliente— pensé. Y aunque no precisamente era una cuenta para la que me emocionase trabajar, contrario a eso, era de aquellas tan cuadradas a las que ya les tienes bien medida la forma y tiempos de trabajo (o eso creía) y que sabes que si y que no te aceptarán. Que te digan que el trabajo que realizabas para ellos no fue el adecuado, duele. Y pese a que no es personal, duele en el orgullo. —¿Esto qué implica?— me preguntaba. —¿Nos darán las gracias a los menos experimentados? No lo creo, tenemos otros proyectos y otras marcas— preguntaba y respondía en mi mente. Conforme desplazaba el scroll hacia abajo algunas dudas se iban aclarando mientras el director nos compartía algunos de los planes a futuro, para terminar con una invitación a todos a seguir trabajando y mejorando para cada uno de los clientes, y si bien ya no sería para «x» sería para «y». Fueron, palabras mas palabras menos la esencia del correo. Sin duda en la vida a veces se gana y a veces se pierde. Se tienen éxitos y fracasos. Hay días en los que ganas pitch y otros en los que te quitan la cuenta. Para quienes llevan años trabajando en publicidad suena tan ordinario esto, al final ese es el pan de cada día, pero para los nuevos puede resultarnos un poco injusto. —¿Qué esperaban?— Con tantas limitantes y presupuestos bajos ¡hacíamos maravillas! Pero eso es algo que sólo pasa en mi mente, quizá en la de otros 2 o 3 más de los que trabajábamos la cuenta. La realidad es que para el cliente no le beneficiaste y prefirió culpar al aumento del dólar y «recortar el presupuesto de marketing» Quizá algún día podamos decir «no somos nosotros, son ustedes» Abrazos y buen jueves. AUTOR Capitán Cobaya Me llamo Cobaya, igual que mi tío José. Desde pequeño fui muy afortunado, nací el día de mi cumpleaños. Inteligente, responsable, carismático, guapo……. ¡MAMÁ! Deja mi computadora. La verdad es que estudié diseño porque siempre quise trabajar en un McDonalds, pero terminé en una agencia de publicidad, por lo que escribo experiencias de novato en la industria y siempre intento que mis textos contengan menos de 160 caracteres xq m fastidia tenr q scribir cn faltas d ortografía. Twitter & Instagram: @CarlosMLuna Imagen cortesía de iStock
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