Hay libros mejores que las películas basadas en ellos y hay películas mejores que los libros en los que están basadas. Hasta acá, nada nuevo. Pero también hay libros clásicos y extraordinarios sobre los cuales jamás se han hecho películas. En algunos casos porque es prácticamente imposible; en otros porque sus autores se han negado con firmeza a permitirlo. “Cien Años de Soledad”, de Gabriel García Márquez, pertenece a esta última categoría. El escritor rechazó la cesión de los derechos de manera sistemática, aunque sí autorizó la filmación de otras novelas suyas: “Crónica de una Muerte Anunciada” fue realizada por una productora italiana, y “El Amor en los Tiempos del Cólera” fue dirigida por el inglés Mike Newell (amigos de García Márquez afirman que este cedió los derechos porque le habían diagnosticado cáncer y quería asegurar el futuro económico de su familia). El productor Harvey Weinstein siempre quiso llevar “Cien Años…” al cine. Y según parece, no es un tipo al que se le pueda rechazar una oferta. Gabo no lo hizo directamente, pero su exigencia fue casi un rechazo, porque le dijo a Weinstein que si él y el director Giuseppe Tornatore (“Cinema Paradiso”) querían los derechos de la novela, había una condición: “Tienen que filmar el libro entero, pero deben estrenar solo un capítulo de dos minutos por año durante 100 años.” No era la primera experiencia de Weinstein con el autor colombiano. En 1983, el productor compró los derechos de “La Increíble y Triste Historia de la Cándida Eréndira y su Abuela Desalmada” y la adaptó para cine llamándola, en un alarde de concisión, “Eréndira”. Pero al testear el filme con público, se dio cuenta de que había que abreviar la historia y para ello necesitaba el permiso de García Márquez. Aterrorizado ante una posible catarata de insultos, Weinstein lo llamó para encontrarse con esta devolución de Gabo: “Bueno, si los culos se mueven inquietos en las butacas, desde luego que tenemos que cortar esas escenas”. Una respuesta bastante razonable, a diferencia de la que ofreció con “Cien Años de Soledad”, que seguramente le habría hecho ganar un Oscar. Eso sí, 101 años después. (Fuente: The Independent)
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