Cuando una dupla creativa tiene un proyecto, generalmente les entran unas ganas insaciables de sacar una idea que cambie el mundo, es un acontecimiento natural y pasa todos los días entre los publicistas; éste se da con el consentimiento de ambos, a veces se planea y otras simplemente pasa. Para procrear una buena idea, los creativos deben haber alcanzado la madurez y estar seguros de lo que están haciendo. El tiempo de gestación en cada cabeza es relativo y no es para nada fácil pensar en una idea grandiosa, las hay prematuras y unas que duran varias noches, pero siempre es posible si se tienen las ganas y el talento necesario. Primero tienen que conocerse, saber como es la forma de pensar de cada uno, tener muy claro hasta donde quieren llegar, el presupuesto que tienen y los medios que se van a implementar, para luego pasar un par de noches hablando por horas. Alguno de los dos dice algo brillante y en ese instante ya saben que se está gestando una pequeña idea, y de repente empieza a fluir, se da casi por inercia, es el momento de tomar notas. Cuando están listos, el redactor pone los copys y el gráfico el diseño, es ahí cuando ocurre la magia. Desafortunada o afortunadamente las ideas crecen muy rápido y hay que pulirlas para que destaquen entre muchas otras, lo ideal es dejarlas ir, y como el buen hijo vuelve a casa, estaría increíble que volviera con un premio debajo del brazo. Imagen cortesía de iStock
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