Como seres humanos que somos, el pensamiento ha sido el catalizador de las invenciones a lo largo de la historia. Cubrir necesidades ha sido la causa del desarrollo de la inteligencia; después de todo como diría Einstein “la creatividad es sólo la inteligencia divirtiéndose”. Y la consecuencia de todo este proceso de pensar y hacer, han sido las ideas. Una tras otra provenientes de una cabeza o de varias, y no puedo evitar preguntar abiertamente: ¿de qué vale una idea que se puede materializar si no se puede vender? Supongo que alguien con más chispa, pensó eso hace varias décadas y se encargó de asesorar a algunas de personas para hacer llegar al público la “idea materializada”, lo que ahora llamamos producto, y tiempo después ampliamos a “servicio”. Nacía entonces en una forma primitiva el primer planificador de medios. Asesorar a la persona (hoy conocido como anunciante) que produce, o daba un servicio y que no vendía lo suficiente, ni lo daba a conocer a más gente. Colaborar en la definición de la manera (estrategia) de comunicación al público, incluso en crear el mensaje, en supervisan la realización de cada etapa, y hasta contratar la difusión de dicho mensaje; se convierten entonces en las tareas comunes del planificador de medios. El “planificador”, ya tendría su red de amistades y contactos cercanos que le ayudarían a colocar el mensaje en la mente de los clientes potenciales, quienes quizás para ese entonces eran personas con sentidos más fáciles de impresionar. Hoy en día la publicidad es algo tan común que un paisaje sin vallas es simplemente una oportunidad de compartir con la naturaleza y se extrañe que hasta esa idea nos la vendan cada día con más frecuencia. Pero sin salirme mucho del tema, es esa red de contactos la que va a dar origen a los cimientos de la agencia de publicidad. Para nadie es un secreto que la verdadera revolución publicitaria comenzó en las granjas donde se araba el suelo fértil y se cultivaba, donde se criaban animales de sustento del hombre. Todos necesitaban producir algo para luego ir al pueblo a intercambiar y vender el excedente (porque al principio cada granjero producía lo que su familia necesitaba). Nacía el comercio rudimentario y de la mano su hermano menor, la publicidad. La verdad es que una agencia de publicidad, como ente asesor del anunciante o como organización comercial, debe estar compuesta de personas creativas y de oportunidades para desarrollar, preparar y colocar la publicidad, que por cuenta de un anunciante busca encontrar consumidores para sus bienes y servicios o difundir sus ideas. Indiferentemente del desarrollo de la humanidad y el avance de la tecnología, estas agencias se convirtieron en verdaderas mafias del posicionamiento. Alcanzan la cúspide como empresas que brindan servicios de asesoramiento y apoyo externo a empresas, organizaciones y personas individuales en lo relacionado a la planificación, implementación y control de las actividades del mercadeo. Investigación de mercados, análisis de oportunidades y amenazas, elaboración de planes de marketing, diseño de estrategias y tácticas de marketing, control y monitoreo de las actividades desarrolladas, son algunas de las actividades que definen la carrera para colocar un producto o servicio al alcance del consumidor. Actualmente es posible aproximarse bastante a saber de antemano si un producto que aún no se produce será aceptado o no, quienes lo comprarán, cuánto durará en el hogar y cuándo será comprado de nuevo. Un sinfín de opciones que aquel granjero “con más cosecha” de la que necesitaba o se imaginó. Sin duda alguna la agencia de publicidad se convirtió en un templo del pensamiento de compra, un laboratorio donde se estudia la forma de pensar del consumidor, y se trata de llegar al impulso mental del cerebro reptil que posicionará cualquier producto o servicio, sea o no necesario. AUTOR
Ingeniero de profesión y Mercadólogo en formación, convencido de que el cambio es la constante. Con conocimientos en retail y marketing. Apasionado de la innovación y la creatividad. Las grandes ideas locales terminan como valores globales. En Instagram & Twitter: @jedgardoc Imagen cortesía de iStock
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