Cuántas veces hemos escuchado «el/la de cuentas es un pendej@» «el creativo es una pinche diva» «es un imbécil tomapedidos que no sabe vender mis ideas» «pinche huevón se tarda un chingo en hacer un cambio»… y como estas frases, muchas otras se escupen a diario. Las peleas al interior de una agencia son el pan nuestro de cada día, la mayor parte de ellas son causadas porque creemos que los demás entorpecen “mi destacado» trabajo, para los de cuentas es un martirio tener que soportar la hueva de los creativos que se hacen pendejos todo el día bajo el pretexto que están «peloteando» y hacer un logotipo más grande lleva más tiempo que la construcción de la estela de luz; para los creativos es una constante frustración recibir solicitudes de parte de alguien que apunta todo lo que pide cliente sin reflexión alguna y que su sentido de la urgencia es permanente… visto fríamente, ambas partes son pura mierda. La realidad es que un buen número de publicistas vive bajo estos parámetros, y todos ellos son los que devalúan el trabajo publicitario. Quien toma pedidos, no ha entendido que su labor va más allá hacer buenas minutas, las niñas guapas que no sabían hacer nada más que enseñar carne, son o deben ser desechadas. El de cuentas debe conocer a detalle la estrategia de la marca, colaborar en la construcción de ésta, ser un aliado con el cliente y ofrecerle soluciones a sus problemas mercadológicos; el creativo no es ni pintor, ni escritor, ni cineasta, debe ser una persona capaz de ofrecer soluciones diferenciadas para mejorar el desarrollo de la marca, ya sea para generar awareness o provocar las ventas (todo se resume a ventas, pero eso es tema de otro artículo). En la medida que un creativo encuentra su dupla, no en otro creativo, sino en alguien de cuentas, las posibilidades de entregar un buen trabajo aumenta drásticamente. Cuando alguien de cuentas encuentra en un creativo la persona que le brinda las herramientas necesarias para hacer crecer una marca, apreciará el trabajo creativo y lo aprovechará al máximo. Nadie, absolutamente nadie, hace una campaña solo (de ahí que los premios sean puras chaquetas mentales). Pertenecer a una agencia significa estar todos del mismo lado, creativos, cuentas, planers, productores y hasta el cliente. Al que hay que ganarle no está entre el equipo, al que hay que ganarle se llama competencia. Imagen cortesía de iStock
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