“Se busca creativo con ganas de romperla”. Así decía una de las ofertas de trabajo meses antes, cuando yo estaba buscando empleo. Hace unos días vi la misma expresión en dos avisos de importantes agencias y de nuevo pensé: estos tipos no necesitan un creativo, sino un boxeador o un karateca. Algunas empresas por dárselas de creativas caen en el estereotipo. La creatividad es algo que debe respirar en cada acto que hagan, hasta en el copy de un anuncio clasificado. Al fin y al cabo, es el negocio. Sin embargo, algunas ofertas (por lo menos en mi país), me parecen obvias, absurdas y hasta ofensivas. Para dejar de subestimar nuestro trabajo y darle más valor al talento creativo, agencia, empresa, centrales y medios tengan en cuenta: No confundir profesional integral con un publicista todo en uno. Un copy que también diseñe, sepa hacer páginas web, maneje redes sociales, edite, incluso, que tenga la habilidad de hacer el café bien cargado. El que hace de todo, todo lo hace a medias. Claro, hay que conocer todos los procesos y estar en la capacidad de hacerlo, pero cada uno tiene habilidades especificas y diferentes. Solicitar un junior que sepa lo de un senior. He visto anuncios que piden un profesional recién egresado con 3 o más años de experiencia como mínimo. Esta es la excusa para encontrar mano de obra barata. Lo más probable es que si es egresado, está comenzando su vida laboral. Así que dele la oportunidad de aprender. Pero si necesita a alguien con experiencia, sea consciente del salario que merece. Buscar un creativo que sea creativo es ser redundante y que trabaje bajo presión, es ser obvio. ¿Quién en este gremio no lo hace? Es la licencia para exprimir al creativo con la excusa de que el medio es así. Situaciones de última hora siempre se presentan, pero que se vuelvan una constante es un desgaste para el recurso humano. No ser claros con el horario. Cuando una empresa tiene como filosofía: se sabe a qué horas se entra pero no a qué horas se sale, da el mensaje de: te vamos a quitar tu vida y no nos va a importar. Demuestra el desconocimiento del proceso creativo de muchas agencias. Al cerebro también hay que alimentarlo. Sacarlo a pasear, ver una película, ir a una obra de teatro, ¿de qué otra forma se generan grandes ideas? Preguntar ¿Cuál es su aspiración salarial? Es equivalente a decir, vamos a contratar al más barato. No hay pregunta que incomode tanto. Cuando decía mi aspiración salarial generalmente cambiaban la cara y quedaban en llamarme. Pero cuando los encaraba y les pedía su presupuesto, me daba cuenta que era inferior. Para jugar claro y no perder tiempo. Lo mejor es dar un rango de salario. Si a los aspirantes les sirve se postulan, si no, siguen buscando y no hay malentendidos. No es novedad que para esta nueva generación de profesionales ya no es tan importante la estabilidad laboral como la oportunidad de crecer, de aprender. Así que ahora, no solo el postulante a un empleo debe convencer de lo qué es capaz, las empresas deben inspirarnos y darnos el deseo de querer trabajar allí. Imagen cortesía de iStock
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