Los recientes resultados de las elecciones del Congreso en Venezuela deben generar una reflexión en todos los factores, en quienes votaron por la oposición, en quienes lo hicieron por el gobierno y en quienes se abstuvieron. Les ofrezco un análisis del caso. EL ANTECEDENTE El 2 de febrero de 1999 con la llegada de Hugo Chávez al poder, inició una revolución en todo el país, aplicó cambios sistemáticos en todos lados, de todas formas, en todos los sentidos. Prometió que estos cambios traerían beneficios y mejoras significativas en toda la nación. La gran mayoría de los venezolanos convencidos de esto le apoyaron durante varios años, durante varias elecciones. Con el paso del tiempo la línea original del “proyecto” comenzó a sufrir cambios radicales. Ministros comenzaron a bajarse del autobús en el que viajaban, gente importante para Chávez cedió paso a nuevos asesores, a nuevos jugadores con diferentes estrategias. Los opositores a Chávez golpeaban duro, pero el hombre era de hierro, parecía que nada lo doblegaba, su excelente manejo mediático, su espíritu y liderazgo lo mantenían en el poder. Ganó todo. Pintó al país del color de su partido, lo pintó completo de rojo, rojo rojito. En el 2012 un Chávez enfermo de cáncer ganaba una vez más unas elecciones. Pero ya las cosas no eran lo mismo. No lo eran para el Chávez moribundo que evidenciaba en su físico los estragos de una terrible enfermedad. No era lo mismo para los venezolanos, afectos o no al mandatario, quienes no podían creer lo que estaba sucediendo. No era lo mismo para sus más cercanos colaboradores y compañeros de causa, quienes se habían acostumbrado a caminar bajo la sombra de su líder absoluto, bajo el poder que emanaba su comandante supremo. FALLECE EL LÍDER SUPREMO DE LA REVOLUCIÓN Muere Chávez y en medio de la conmoción de su deceso, tras una campaña relámpago en la que la figura del líder muerto, revivía en sus seguidores, toma el poder un Nicolás Maduro aturdido, desorientado e incrédulo de lo que estaba sucediendo, de la noche a la mañana era el presidente de Venezuela. Sin ningún tipo de preparación para el cargo más que haber acompañado a Chávez en el proceso, Maduro emprende una gestión en la que discurso tras discurso, recordaba y agotaba la figura de un hombre que ya no estaba físicamente para tomar decisiones. Una vez desgastado el único recurso que lo mantenía vigente entre el chavismo, Maduro comienza a “jugar a gobernar” un país sumergido en crisis, con problemas de devaluación, inseguridad, desabastecimiento y los índices inflacionarios más graves de la historia de Venezuela en todos los tiempos. Ya poco se hablaba de chavismo, pues se decía que “chavismo sin Chávez no era lo mismo”, pero tampoco surgió el “madurismo”, pues Nicolás no lograba permear ni siquiera en sus más fieles seguidores. La REVOLUCIÓN sufría un declive acelerado. La crisis se intensificó y desde el gobierno, aún controlando absolutamente todos los poderes, atribuían el problema a una guerra económica ejecutada por la oposición, los Estados Unidos y lo atribuían a cualquiera que se atreviera a decir o pensar que el gobierno estaba errado. ERRORES COMUNICACIONALES Arranca la carrera por el 6 de diciembre y el oficialismo inicia una campaña obsoleta y carente de todo, carente de liderazgo, carente de estructura, pero lo más grave, carente de CONTENIDO. En una sociedad conectada, el oficialismo estuvo desconectado. Recurrieron a la vieja escuela de los partidos tradicionales previos al chavismo, con casas, con alimentos, con regalitos, intentaron levantar un monstruo que estaba echado y herido de muerte. Fallaron en la campaña, fallaron en la calle, fallaron en las redes sociales y fallaron en los votos. Por donde se le observe, fallaron. Por su parte la oposición usando el lema de UNIDAD tampoco lucía muy unida, pero a pesar de ello el mensaje que usaban era claro, preciso, directo y viral, era la hora de un CAMBIO. Presos políticos, desabastecimiento, inseguridad, promesas incumplidas, actos de corrupción evidenciados, discursos oficialistas desgastados, pero sobre todo un pueblo cansado, ofendido, humillado, fueron los detonantes para que se hundiera un barco que nunca pudo zarpar con el capitán que estuvo al frente del timón. GANÓ VENEZUELA Una vez conocidos los resultados, independientemente de lo favorable para la oposición y lo adverso para el oficialismo, al final del día GANÓ VENEZUELA. Fin de la REVOLUCIÓN y el inicio de la RE-EVOLUCIÓN La revolución no funcionó, al menos eso dicen los resultados actuales, es momento entonces de aplicar un cambio, de mejorar, de evolucionar, o mejor aún de re-evolucionar. Inicia un nuevo ciclo en Venezuela, y en ese arranque debe haber una re–evolución, quienes obtuvieron la victoria en la contienda no pueden cometer los mismos errores de hace 20 años, pero mucho menos los errores actuales. Están obligados a REINVENTARSE en todos los sentidos. Sus planteamientos deben ser analizados, diseñados, ejecutados y supervisados con profundo equilibrio apuntando hacia una EVOLUCIÓN, REPOTENCIADA, RECARGADA, REORGANIZADA, una RE-EVOLUCIÓN. Y en ese proceso deben sumarse todos, quienes votaron por unos, quienes lo hicieron por otros y hasta quienes se abstuvieron, porque al final del día, cuando se apague la luz, estemos donde estemos, inclusive desde la distancia, todos formamos parte de una misma nación. Dios bendiga a Venezuela. Imagen cortesía de iStock
Comentarios