¿Cuál es el punto de partida para transformar una estrategia o concepto? ¿De qué idea partimos para reinventar un negocio? Un camino a considerar es pensar productivamente –pensamiento divergente más convergente– a la (tu) idea/estrategia. Analizar otros puntos de vista para obtener nuevas posibilidades, usos o resultados. Tal esfuerzo implica mucho más que la simple idea; conlleva un cambio de enfoque. Hablo de esfuerzo porque «resetear» el conocimiento adquirido sobre la estrategia o negocio para dar inicio a un proceso original o inédito es ya un trabajo en sí mismo que demanda energía y voluntad –sabemos que el cerebro tenderá a ir siempre por la ruta fácil y conocida para ahorrar energía–. Ejercitar el cambio de enfoque es apostar por crear un espacio donde competir o figurar de manera diferente. Ir por caminos distintos de los que todos los competidores siguen. Haz lo que otros decidieron no hacer Hazte preguntas, cuestiona lo establecido. Utiliza «preguntas-acción» para alcanzar y descubrir nuevas respuestas: ¿qué pasaría si?; ¿cuáles?; ¿de qué manera?; ¿cómo?; ¿por qué?, son algunas formulas para darle play a la búsqueda de nuevas ideas. Para innovar es preciso tener ideas. Estas ideas se consiguen tanto estimulando a tu grupo de trabajo, como montando un esquema de observación sistemática de lo que los demás innovan. En ambos casos, hay muchos métodos o mecanismos que facilitan la generación sistemática de ideas en equipo. La generación de ideas requiere una cierta metodología a la hora de explorar el mercado, tanto en nuestro entorno inmediato como a escala global. Como dijo el bi-Nobel, Linus Pauling: «La única manera de tener buenas ideas es tener muchas ideas.» Vamos a trabajar. Imagen cortesía de iStock
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