En el día a día existen muchas cosas que nos pueden sacar de nuestras casillas, cosas que nos perturban y ponen de mal humor, como cambios en materiales autorizados, cambios de conceptos, revisiones fallidas, desgreñe con cliente y una larga lista que ya conoces. Dentro de estos terrores diarios, existe uno en particular que se ha vuelto el pan de cada día: las juntas. Estas reuniones que tienen como único objetivo ser ignoradas (en su mayoría), vienen en formas y tamaños; las hay eternas, complicadas, habladas, escritas, perdidas, hechas fiesta, breves, simples y muchas, muchas más. Para que esa tortura tenga un verdadero motivo, quizá te interés leer estos puntos:
- Menos de 1 hora
Todos odiamos las juntas de más de 30 minutos. Es verdad que algunas veces son necesarias juntas larguísimas, pero no siempre. Procura ser la persona que acelere esa pérdida de tiempo, o si alguien la está llevando, limítate a opinar cuando realmente sea necesario.
- Evita distractores
Nunca falta el cabrón que le #FaleFergaLaFida y sólo fue a hacer hora nalga mientras está con el celular jugando, contestando whats, viendo artículos o lo que sea que chingados haga, y tú, con ganas decirle en su cara: “no mames a qué viniste”. Ten presente que eres un adulto responsable y debes actuar como tal, ignorar a la gente o no poner atención es una falta absoluta de respeto y habla muy mal de tu profesionalismo.
- No es una fiesta
Claramente has estado en esas juntas donde entró hasta el trainee. ¡No!, evita hacer o estar en juntas con todo el mundo, no es una chingada fiesta. Ese tipo de reuniones entorpecen y acaloran, logrando caos y terminando en nada más que una pérdida de tiempo.
- Compromete tiempos
A veeeeer, si estás diciendo que “ese” proyecto está tal o tal día, ¡que esté! Para de decir que tendrás algo cuando sabes perfecto que mientes. Como es arriba es abajo, en medida en la que seas comprometido, los demás lo serán también, y si no, que te valga, tú debes serlo.
- Revisa acuerdos
Cuando las juntas terminan, lo único que quieres hacer es correr al carrito por unas papas y seguir engordando, ¡detente!, mejor revisa rápidamente los puntos hablados en la reunión y acuerdos realizados. Que todos estén claros por qué carajos se fueron a encerrar horas. ¡No termines la junta si no hay claridad! Es momento de hacer algo realmente valioso con el tiempo que inviertes en juntas, no sé, trabajar, por ejemplo. Evita caer en alguna nefasta mala costumbre que lo único que hace es entorpecer el flujo de trabajo y atorarte con pendientes. Para de llorar de lo tarde que sales, quizá si empiezas a agilizar las juntas y a cumplir con acuerdos, las cosas puedan cambiar. Imagen cortesía de iStock
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