…Existía el publicista que no perdía el tiempo en la agencia… Les contaré como funciona mi mente. No sé si el resto de las mentes que se dirigen todas las mañanas a una agencia funcionan de la misma manera. Pero la mía funciona así: Se levanta tranquila … ya descansó de la jornada anterior … ya tiene la energía suficiente para iniciar un nuevo día… ya se bañó, ya comió y ya está dispuesta para los retos del día. Llega a su lugar de trabajo, feliz, alegre, con nuevos proyectos por cumplir y con la energía al mil para los cambios pedidos por el cliente a última hora del día anterior. Trata de no perder el tiempo. Claro, también tiene su corazoncito y presta atención a las mil y una vibra de buen humor del resto del team. Se siente feliz, optimista, y le encanta lo que hace. Pero … No funciona de la misma manera si ya son las 20:00 horas de ese mismo día y se le pide que haga cambios, cambios y más cambios. Odia los cambios a esa hora. Cambios que no son pedidos por el cliente, sino que son pedidos por el team que no se enteró de las últimas nuevas porque estaba enfocado en otras cosas. A partir de las 19:30 se empieza a sentir débil, cansada y ya no rinde al mismo nivel que en la mañana. ¿La razón? Simple y sencillamente, … Es una una mente diurna. Trabaja de día, trabaja con el sol, con la energía, y está familiarizada con el significado de la palabra productividad. Como leí una vez. “El secreto de una buena estrategia, el éxito con los clientes tiene todo que ver con la productividad” Es decir, que productividad no es más que rendir al 100% concienzuda y atinadamente cuando la mente está fresca y lista desde antes de que aparezca el primer rayo del sol. Durante 9 a 10 horas al día. Después de esas horas, ella solita se apaga y lo único que quiere es despejarse y hacer otras cosas que no sea nada de la agencia. O no hacer nada. Con esto no quiero decir que estoy en contra de las noches de desvelo dentro de la agencia. Claro que sí las apoyo, siempre y cuando sea por la búsqueda de una idea que no se deja encontrar para una campaña, y no por pérdida de tiempo de parte del team en las horas de productividad. Sé que hay mentes que son nocturnas, que inician a trabajar tipo 15:00 horas, después de haber puesto todo su empeño en la diversión y convivencia dentro de la agencia. Pero mi mente no trabaja así. Para educar al cliente, primero debemos educarnos a nosotros mismos. Y la productividad se aprende. Nunca es tarde para aprenderla y hacer de ella un estilo de vida, estilo de vida que nos hará rendir mejor y a mayor escala con nuestros ya clientes y con los que vendrán. Escribo este artículo ya cuando son las 20:01 en la agencia. Comprendan mi estado de ánimo, ya estoy cansada.
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