La historia de la publicidad ha estado engalanada por nombres tan grandes como Gabriel García Márquez o Salvador Dalí; más recientemente (y tal vez no tan reconocidos aún) podemos encontrar nombres como Bef, Guillermo Fernández (Q.E.P.D.), Xavier Velasco, Oscar Pinto y muchos otros artistas que han estado ligados a esta divertida herramienta mercadológica. Pareciera que la publicidad es la extensión de alguna rama artística; están los “directores de arte”, los que filman, los que toman fotos, los que escriben… No nos hagamos chaquetas mentales, ser publicista no te hace artista, probablemente existan artistas que hacen publicidad, pero esencialmente somos una pequeña parte de la mercadotecnia, no artistas. Pertenecer a un medio que requiere de cierto nivel creativo, no es sinónimo de crear piezas artísticas; burdamente hablando es como comparar a un pintor de brocha gorda con un artistas plástico que utiliza los pinceles como medio de expresión. Las piezas publicitarias, son solo eso, piezas de comunicación que intentan hacer llegar un mensaje a un receptor determinado, el arte es una actividad con características totalmente diferentes. Sin duda, el tener un artistas dentro del departamento creativo ayuda y enriquece mucho el trabajo, un copy que tenga la facultad y el don de las letras permitirá que sus textos tengan gran elocuencia y gracia, sin embargo no todos los que escriben podrían decir que son escritores, no confundamos la magnesia con la gimnasia ¿A que va todo esto? Mi reflexión tiene un doble sentido: el primero a dejar de mamonear con que “esto de la publicidad es algo pasajero, yo soy un artista”, no tiene nada de malo ser publicista, es una noble empleo (casi un oficio), tener conocimientos artísticos no nos hace mejores “creativos”, recordemos que nuestros fin es comunicar y vender (las dos al mismo tiempo); por otro lado, invito a las agencias (pequeñas y grandes) a buscar el desarrollo artístico de sus empleados, ya están metidos en esto, ya son publicistas, ya saben de que se trata, si les damos la oportunidad de desarrollarse en áreas ALTERNAS, la calidad del trabajo mejorará considerablemente. ¿Cómo hacerlo? En lugar de andar promoviendo concursos charros de publicidad (que a mi juicio no sirven de un carajo) podríamos hacer exposiciones de pintura, en lugar de joder a la casa productora para que haga un trucho, podríamos hacer cortometrajes y fomentar exhibiciones que ayudaran al desarrollo cultural. Reitero, ser publicista no te hace un artista, pero ayudaría mucho que más artistas se metieran en este mundo.
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