En el mundo de la publicidad existe un poderoso dúo que todo lo crea y también lo destruye; las duplas. La médula de la publicidad está constituida por redactores y diseñadores directores de arte, que son los encargados de dar vida a ideas increíbles y súper rompedoras, pero no todo es miel sobre hojuelas. Existe un error al creer que en publicidad hay diseñadores; no, los diseñadores no existen en publicidad. Si estás (o quieres estar) en de dirección de arte, seguramente estudiaste diseño, eso es obvio, pero para ser director de arte se necesita mucho más. Internet define diseño gráfico como una “actividad creativa y técnica que consiste en transmitir ideas por medio de imágenes, en especial en libros, carteles y folletos”, suena bastante lógico y coherente pensar que en los inicios de la publicidad esos eran los campos a cubrir, pero con el paso del tiempo los diseñadores evolucionaron a directores. Sí, ser un director de arte se despega por completo de los diseñadores gráficos, industriales, editoriales, etc., que tienen una tarea particular y específica y que al final terminan desarrollando un perfil y habilidades propias de su área. Más allá de que la palabra “director” te haga creer que la posición se trata de indicar, administrar o mandar, debes saber que proviene del hecho de ser autónomo. Es decir; dirigir, tomar decisiones, dar línea, marcar la pauta, analizar, revisar, aprobar, conocer, concretar, proponer, verificar, etc., etc. Un director siempre se cuestiona, es curioso, busca, descubre y analiza. Estas características deben estar intrínsecas en cada director; sin importar su puesto, rango o nivel. Si eres diseñador y quieres ser (o eres) parte del mundo publicitario debes tener en cuenta que un director de arte sabe de redacción, peloteo, estrategia y planeación, fotografía, iluminación, producción, diseño de productos y una larga, larguísima lista que se encabeza por la curiosidad, la investigación, el desarrollo de ideas y sobre todo la autonomía. No hay director más chingón que el que es una biblioteca de referencias, es casi productor, fotógrafo y sí, también tiene algo de diseñador. En diversas agencias a los directores de arte se les llama simplemente “artes”; trainee, junior y senior, no es hasta que logran el “rango” de “directores” que son llamados como tal. Eso es un error. Es un error limitar a los directores a esperar tener el título para comenzar a actuar como uno. En la medida en la que se inicie y acepte que un director de arte lo es desde el momento en que decide tomar ese camino, tendremos más y mejores piezas publicitarias. Ser director de arte (y publicista en general) es abrir los ojos y los oídos a todos los estímulos y descubrir nuevas formas de plasmar ideas, es probar una y otra vez hasta lograrlo, es tener un vasto conocimiento técnico y cultural que te permita llegar a tantas personas como sea posible. Y tú, ¿eres director o diseñador?, ¿Qué quieres ser? Imagen cortesía de iStock
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