Chavo-ruco es un término utilizado para las personas que avanzan en el tercer piso (o más) pero siguen teniendo alma de “chavo”, esos que usan Converse, barba, jeans y tienen ondita. ¿Decidimos convertirnos en chavo-rucos o las marcas nos hicieron? En una plática random de esas que surgen en las redacciones de ciertos periódicos, una amiga dijo que tenía la teoría de que las marcas habían creado la personalidad del chavo-ruco para poder vender más. Fue un comentario tal vez en tono de broma pero me dejó pensando en si de verdad como mercadólogos, publicistas o creativos tenemos la capacidad de crear personajes y etiquetas como clientes potenciales. Es verdad que la generación que está comenzando a dirigir el mercado liberal tiene otra ideología. Los viejos directivos mencionan el síndrome de Peter Pan (el que no quería crecer), pero más que negar la edad una persona debe sentirse a gusto en el momento de la vida que se encuentre, sin importar si eso incluye un par de Vans, una visita a Coachella o un tatuaje nuevo. Toman decisiones propias sin importar lo que dicta el manual de estilo mexicano. ¿Son o los hicieron? Las marcas son poderosas, los creativos y estrategas lo son más, ya que con una campaña pueden despertar el insight que una persona tenía muy guardadito. A pesar del poder comunicativo, la realidad es que los consumidores están dictando las tendencias. Puede haber un espectacular tan machista como el de Gandhi que dice “Te casaste con una princesa y se convirtió en bruja. Escápate de la realidad” hasta una campaña en contra de los estereotipos como lo hace Dove. La existencia de este tipo de comunicación no depende de las marcas, en este momento el público decide si lo acepta o no, lo mismo pasó con los chavo-rucos. Los chavo-rucos nacieron como un tipo de personalidad que quiere conservar su juventud, más que ser joven, buscan conservar ese toque de frescura, innovación e ideales que distinguen a las personas jóvenes. Las marcas sólo son un reflejo de la sociedad. Si los chavo-rucos comenzaron a ser utilizados en campañas publicitarias fue porque ya existían, como ahora pasa con los llamados Godínez. Una marca busca influenciar en el comportamiento del consumidor, trata de decir que eres tan joven para seguir usando Converse o tan ruda para usar botas Timberland, pero la decisión final siempre va a estar en el cliente. No es una coincidencia que se haya puesto de moda esa figura de chavo-ruco cuando justo ellos fueron los primeros en salir de la caja establecida en la que una persona trabaja 8 horas detrás de un escritorio, de traje, corbata y zapatos, frustrada y sin grandes aspiraciones. Ellos establecieron la idea de conservar la chispa de la juventud aun cuando tienes que trabajar en una oficina para ganarte la vida. ¿Crees que es una moda o una ruptura de tradicionalismo?
Comentarios