Si lo vemos pensar y diseñar van de la mano. Primero se imaginan soluciones, llamémoslo soluciones para un producto o mensaje, seguido a esto se investiga, se analiza, se hacen pruebas y como fase de producción desarrollamos el diseño en base a su función, pues bien, acá les dejo un poco más sobre el pensamiento y el diseño… He mencionado una palabra clave, «imaginar» «imaxi’narse», que es justamente el resultado del pensamiento, en donde se aplica el intelecto y las ideas. Imaginar es una representación de ideas en nuestra mente, por su parte el diseño organiza todo lo que resulta de nuestro pensamiento, abstrae esas ideas, esos ‘chispazos’ que surgen del creativo. Todo empieza con un objetivo que busca resolver alguna necesidad, situémonos en el área de comunicación gráfica, el diseño (y el pensamiento) sigue un método, el cual comienza por adecuar la primer «tormenta de ideas» para dirigirla hacia en posibles «soluciones gráficas», es decir, el proceso sigue una integración entre objetivo, función y diseño, todo debiera coincidir con nuestra expectativa. El pensamiento busca la lógica y el imperio del orden frente a esa tormenta de conceptos, palabras e ideas. El maestro Otl Aicher apuntaba que el diseño debería aplicar a lo cotidiano, es decir, debería apuntar hacia esa interacción que se presenta diariamente entre las formas, los objetos y las personas (o usuarios). Aquí cabe reiterar el uso, en donde el diseño y el proceso de pensamiento se ocupan de centrar todas esas ideas en la función que le dará la audiencia a nuestro objeto de diseño. Si nos enfocamos en el usuario encontraremos sentido y nos será más fácil tomar decisiones en el momento de proyectar, porque sabremos qué necesitan y cómo lo necesitan. Esos pensamientos, que poco a poco se van refinando y transformando, aterrizan en una realidad material, en una realidad más tangible, que finalmente tienen un determinado valor comunicativo y de interacción. Es decir, dentro de lo abstracto, el diseño transforma hacia lo concreto, convirtiendo toda esa «red neuronal de ideas” en un producto/mensaje perfectamente pensado. Finalmente podemos seguir y construir nuestro propio pensamiento de diseño, que no es más que un proceso crítico y creativo, esto para organizar nuestras ideas, evaluarlas y por qué no, hasta para encontrar motivación a experimentar e innovar. Ahora bien, si existiera una forma de pensamiento de diseño que fuera “único”, creo que debería ser flexible, proactivo, analítico, y sobre todo personal. ??Flexible, porque debemos interactuar con diversos factores para encontrar un punto medio hacia una solución, digamos que es una característica del pensamiento que más bien podría considerarse una actitud. Proactivo, porque debiéramos tener un enfoque de iniciativa o motivación. Analítico, porque es una manera de modelar juicios para poder evaluar alternativas y Personal porque nos enfocamos en el individuo (no en nosotros mismos), aquí aplica la frase “pensar fuera de la caja”. Es así como nos enfrentamos a esta aventura, que yo diría de las primeras del hombre, en donde pensar es un logro de creación. Me despido, soy Erika. Hasta la próxima.
Comentarios