Esta semana parece que fue una de las más largas en la agencia. Nos cambiamos de local y ¡tarán! nuestro equipo creció, juntando a diferentes unidades de negocio en un piso. Creo que muchos no creerían que funcionaría el primer día, pero como todo cambio, fue cuestión de acostumbrarnos. Al salir de nuestra zona de confort podemos enriquecernos mucho. Por ejemplo, mi dupla y yo cambiamos nuestro «inmaculado» espacio calmado por diferentes fuentes de sonido repartidas por el piso entero. Una de las primeras cosas fue irnos a refugiar en un espacio similar al anterior, aunque al otro día regresamos a estar juntos con todos. Las dinámicas pueden cambiar, pero el deseo de divertirnos al trabajar se ha mantenido, habiendo descubierto que el vuelo de las bromas de pared a pared nos puede ayudar a pensar mejor, porque no es el silencio lo que ayuda a pensar, sino el sentirse en un ambiente socialmente entretenido. La verdad, creo que este fin de semana todos extrañarán a sus nuevos compañeros y esta nueva forma de diversión. Hay muchas excusas o estresores que podemos crear para justificar no hacer el rol de «Da Vinci», pero todo se trata de pasarla bien. Una de las demostraciones de que el caos motiva la veo en un amigo que solía decirnos que quería irse de la agencia, hablaba de querer aprender más y desarrollarse. Ahora, con toda esta bulla creativa, él es uno de los más felices. Recuerdo que dijo algo como «a esto estaba acostumbrado». Así que, mi querido amigo creativo, si quieres pasar a tu nuevo nivel, instálate en un lugar donde todo el día escuches ocurrencias de todos lados, cambien de estilo musical cada tanto, el lenguaje sean las bromas y en donde veas a tus directores convertirse en los protagonistas de esto. Imagen cortesía de iStock
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