Procrastinar es de esas palabras que aunque se dicen poco se usa todo el tiempo –aun cuando no sepamos que la estemos usando-. La mala fama que tiene es infundada, quienes profesamos la procastinación no somos vagos ni perezosos, somos más bien, una especie de ideólogos de la nueva era. El origen Según la respetable Real Academia Española, el dichoso término deriva del latín procrastinare que significa diferir o aplazar. Y mi amiga Wikipedia, explica que la palabra surge del latín pro: adelante, y crastinus, referente al futuro. Podemos decir entonces que procrastinar no es más dejar para después lo que puedes hacer hoy 🙂 ¿Y quién no lo ha hecho?, yo hasta tengo mi propio ritual semanal para aplazar cuestiones -que no por ser menos importantes- deben ser diferidas. ¿Productiva? Como comenté líneas arriba, antes de escribir algo puntual (un texto extenso, un artículo, una nota de prensa e incluso un copy de esos que queman pestañas) debo inspirarme, para hacerlo tengo infinidad de recursos que uso según sea lo que vaya a realizar, mi ánimo y hasta el grado de rapidez con que necesito la tarea en cuestión. Para escribir este artículo fue muy irónico. Tenía la intención de escribir sobre la aceptación de los productos, pero me desvié revisando FB, luego clickee un link que me llevó a Youtube y por alguna razón terminé viendo un Stand Up Comedy donde el comediante rememoraba, cómo a través de una llamada telefónica se enteraba de la vida de media urbanización pero terminaba olvidando la razón de la llamada. La distracción me iluminó y me di cuenta que la mala fama de la procastinación es gratuita. ¿Cómo pudo algo tan malo ayudarme y estimular mi creatividad? Multitasking Hoy es común ser multitarea, es decir, hacer de todo al mismo tiempo (veo tv mientras reviso el teléfono y chequeo los emails) y ese tipo de acciones fomentan la procrastinación gracias a uno de los mejores recursos de todos los tiempos LA HIPERVINCULACIÓN. Los expertos enfatizan que procrastinar va más allá de aplazar lo que tienes pautado hacer, es más profundo; se inclina más por prorrogar algo que sabes que tal acción traerá consecuencias negativas para ti y contra ti. Pero también están los que opinan que se pueden retrasar las cosas de manera productiva. La teoría No somos robots –aun- y en la mayoría de los casos, nos aburrimos con tareas monótonas por lo que se nos hace necesario parar en algún momento. Hace 15 años atrás los descansos consistían en salir a fumar, levantarse del escritorio e ir por un refresco o comer un sándwich, el descanso de hoy en líneas generales consiste en ir al baño y navegar por el océano del internet. Procrastinar no es para todos, pero en el caso de las personas ligadas al mundo creativo ese tipo de descanso resulta conveniente. Cuando tu ánimo y/o energía creativa no está al 100, una apacible caminata por el sendero de la postergación se vuelve beneficiosa, la llaman “procrastinación eficiente” Ventajas
- Nos permite dedicar tiempo a esas tareas que clasificamos como importantes ¿cómo?, mientras no hacemos lo que sabemos que tenemos que hacer, llevar a cabo otras actividades que nos gusten más nos salen mejor y hasta mejor empeño le brindamos.
- Nos ayuda a organizar nuestras ideas. Darle un stop a la cabecita nos ayuda a ordenar cómo queremos las cosas y de qué manera podemos hacerlas eficazmente.
- Nos orienta a tomar mejores decisiones, pues al poder procesar toda la información que poseemos analizamos mejor la situación.
- Te relaja –es cierto- pasa mucho cuando nuestro trabajo es repetitivo muy específico –me pasa cuando cubro eventos, genero más ideas que estando en la oficina directamente.
- Somos más felices. Claro, estoy exagerando un poco pero cuando somos felices y estamos bien somos más creativos y estamos abiertos a cambios.
- Nos recuerda la verdadera importancia de la vida –ahora dirás que sigo exagerando- y es así, el trabajo no es lo más importante del mundo, hacer lo que nos gusta sí.
Desventajas Muchísimas. Fin. –es broma- hacer otra tarea menos importante que la que tenemos que hacer, es la procrastinación más habitual que todos llegamos a hacer en algún momento y el debate se abre e incluye aspectos como:
- Cuando perdemos tiempo en chismes y fotos sensuales en lugar de buscar inspiración.
- No nos gusta ni nos hace sentir tan bien como creemos. (te dije que no es apto pata todos)
- No todos pensamos en satisfacciones a largo plazo
- Se acumula más estrés
- A muchos les pasa que cuando dejan todo para última hora, las cosas les salen peor.
- Cuando la espera perjudica a alguien más –ya entra en negligencia-
- No todos saben de límites. Una cosa es aplazar y otra es dejar de hacer.
Mi ritual Les comparto algo que no debería –porque mi jefe está leyendo esto- pero en plan de aprovechar las virtudes de saber llevar las cosas, procrastinar no me ha perjudicado. Mis trabajos consisten en escribir. Tengo varios trabajos y es porque me encanta escribir. En mi trabajo de oficina escribo de manera estructurada (algo así como muy estricto y corporativo pero sin dejar de ser gentil y amable), en mi trabajo freelance soy libre en creatividad hasta cierto punto, pero sigo manteniendo mi corporatividad a tope, sin embargo, en mis hobbies la creatividad es el protagonista y soy bastante estricta con eso, pues no puedo dejar que mi seriedad se cuele en esa área. Antes, lo que hacía para inspirarme era leer, luego migré al video y pasé largo rato oyendo música para que todo fluyera –eso no es postergar aun- la prórroga comenzó cuando decidí jugar online (cosas tontas -uno, preguntados, puzles- pero que me estimularán el ánimo) en pequeños periodos de tiempo para activarme creativamente y funcionaba correctamente, pero en la mayoría de los lugares los de sistema saben qué haces y en qué piensas y chao jueguito del uno :’( Actualmente lo que hago es convertir mis hobbies en recesos y luego volver a las labores alternando entre una y otra y VOILÁ. Consolidé mi personal branding, optimicé mis redes sociales personales y le añadí originalidad a mis textos laborales. ¡Únete!
Comentarios