En una industria en la que nunca han faltado los fanfarrones, la aparición de las redes sociales y los medios digitales en general, se encargaron de multiplicarlos como ratas de alcantarilla. Distinguirlos es sencillo, son esas personas que les encanta inventar complicaciones donde no las hay, y han perfeccionado el arte de despertar inseguridades y miedos en los clientes mediante palabras que los hacen sonar como gurús de las “marcas del futuro”. Seguro ha escuchado algunas, como: data, engagement, conversiones, CPC, CPM, SEO, SEM, ROI y un montón más que parecen haber sido sacadas de una película de ciencia ficción. Pero la verdad es que la culpa no es de ellos (al menos no del todo), la culpa es en gran parte de los clientes, que, por pereza o temor, no han buscado ponerse al día, educarse o aprender términos básicos que les permitan tener una charla constructiva con su agencia sobre su estrategia y sobre el futuro de sus marcas en los medios de hoy, y los que revolucionarán el mundo mañana. Me he topado con brand managers que con más de una maestría en sus espaldas, aún no entienden ni un simple reporte de Facebook. Me da miedo que las marcas se pongan en manos de gente que ni con brújula encuentran el norte, pero me da más miedo pensar en lo fácil que pueden caer en las garras de “publicistas” aprovechados que con palabras bonitas los confundan y les roben dinero. Me asusta porque indirectamente me afectará a mí también, ya que el día en que todos los engaños salgan a luz, nos tacharán a todos por igual. Digital no es complicado, nos lo han querido vender como física cuántica publicitaria, pero nada tiene de diferente con lo que su marca estuvo haciendo antes. Las únicas diferencias que aporta es que es el primer medio sincero, real y cruel. Así que si usted lleva meses o años intentando sin éxito hacerse un espacio en cualquier medio digital, creo que su problema va más allá del medio. Lo que a su marca le hace falta es una esencia, una personalidad, un tono y una forma de ver la vida. Sin ellas es invisible aquí, sin ellas su marca no ha vivido, solo ha sobrevivido. Lo que debe hacer es ir para atrás, ir a la raíz de todo y preguntarse: ¿Cuál es el propósito de mi marca en el mundo? Cuando se conteste esa pregunta, vuelva a digital y mire lo fácil que será generar contenido relevante, incluso para personas que no consideraría su target. Tengamos claro que las redes sociales son espacios creados por personas, para interactuar con personas. Su marca allí no compite contra otras marcas de su categoría, compite también contra organizaciones, deportistas, celebridades, familiares, amigos, novios, ex-novios, embarazos, compromisos y un montón de gatos y pokemones. Las marcas tienen que aprender a evolucionar, y eso se logra empezando a actuar cada vez menos como marcas y cada vez más como personas (buenas personas). Claro, sin olvidar que las personas más interesantes, siempre serán las que tienen una historia qué contar. Imagen cortesía de iStock
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