La televisión, para los que crecimos con la pantalla chica sin la presencia de los medios digitales, sin duda alguna ha marcado nuestra vida y nuestros conocimientos. Crecimos educados viendo caricaturas llenas de fantasía en el canal 5 y qué decir de “El tesoro del saber” con la palabra misteriosa; Educación mediática.Hoy, la salida de cuadro de López Dóriga marca el fin de una era moderna, donde él y su antecesor Jacobo Zabludovsky escribieron un capítulo en la historia del marketing político en México; con la comercialización de la mentira y la manipulación de la verdad (o viceversa). La empresa del “Tigre”, es referente obligado de la comunicación en este país y en Latinoamérica. Ejemplo crudo de generar el contenido pertinente (a favor de los intereses en turno), teniendo claro su target. Hoy, Televisa sabe que todo ha cambiado y aunque tarde intenta dar gusto a los consumidores actuales con todo tipo de contenidos y plataformas. Este 22 de agosto la historia de la televisión mexicana ha cambiado. El canal de las estrellas ha pasado a ser solo “Las Estrellas”. Emilio Azcárraga Jean ha declarado que ahora será una plataforma. Intentando entender al auditorio contemporáneo. Al final los medios y las marcas, y todos los generadores de contenido, debemos entender que quienes deciden son los espectadores, los consumidores. Lo que acaba de gestarse en Televisa es el ejemplo más grande en nuestro país de que las cosas no pueden seguir igual, de que el cambio es lo único constante, de que actualmente la segmentación para la creación de contenidos es esencial; solo se trata de identificar los intereses de cada sector. Las cosas han cambiado, ya no pintan como antes, la comunicación dejó de ser unidireccional. Hoy es importante escuchar la retroalimentación de un espectador crítico que está dispuesto a pagar una suscripción en Netflix u otro sistema si lo que le ofrece la televisión tradicional no le satisface. Imagen cortesía de iStock
Comentarios