Hace diez o quince años el diseño se percibía diferente, en la escuela nos solían decir que décadas atrás no se tenía la tecnología que se tiene ahora, las Macs resultaban innovadoras, los profesores contaban anécdotas sobre cómo lograban los efectos en las imágenes o cómo las imprimían. Cuando ellos las hacían manualmente, y no de forma digital. Todo evolucionaba, los conceptos, las técnicas, los software. Se empezaba a tener una transición hacia la “nueva era digital”, claro sin dejar a un lado la rama artística de la disciplina. El diseño en ese momento era más artesanal, era mágico cuando revelábamos e imprimíamos en el laboratorio las fotografías análogas en blanco y negro… tan fascinante que por eso valoramos nuestra cámara reflex, tal como hoy se pueden apreciar las cámaras digitales. Empezaban a surgir los sitios web especializados, los maestros a veces dejaban sus apuntes colgados en su “blogspot”, hoy estos sitios han crecido mucho y son mayormente dinámicos. Dentro de nuestro campo se han convertido en una gran plataforma que antes no hubiéramos imaginado. Después (en los primeros trabajos) nos topamos con el trato directo al cliente, “háblale a fulanito”, “mándalo a la imprenta”, “tenemos junta”, “edítame la fotografía”, etc. Al principio algunos archivos estaban en versiones casi obsoletas que poco a poco se fueron actualizando y evidentemente nos fuimos ayudando de las nuevas tecnologías para optimizar todo el proceso creativo y de producción. Ese contacto con el mundo real, se percibía muy distinto a lo que se experimentaba en las escuelas de diseño, ahí es cuando entendemos el verdadero concepto de “trabajo en equipo”. Creo que no se valora hasta que nos damos cuenta que se necesita de todo un grupo especializado para resolver los distintos proyectos que se nos encomiendan. El oficio siguió y sigue caminando, se complejizó, hoy se ve como una herramienta multidisciplinar; ahora -me atrevería a decir- es una herramienta considerada cada vez más básica en la estructura de las empresas. Está muy ligado a la innovación, a la competitividad, al desarrollo, creo que se valora más que antes aunque no se note a simple vista. Se borraron los apellidos, hoy el diseño “a secas” es una estrategia que estudia, propone y actúa a profundidad. Busca el impacto sobre la función y sobre la interacción, busca conectar y seguir transformando, además de generar nuevas experiencias. Digamos que la transición del antes y ahora, se puede entender de lo artístico a lo técnico y estratégico, de lo proyectual hacia la acción que emprende y de lo creativo a la innovación. Ustedes ¿qué opinan? me despido, soy Erika. Hasta la próxima.
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