Eres increíble, nunca lo dudes. Pon en marcha todo lo que eres para aumentar tu confianza, credibilidad y valor. Naciste único. Confía en ti y lucha, lucha contra tus demonios, contra ti, contra todo. Cuando llegue el momento de la batalla final, descubrirás que todo ha valido la pena. No dudes, no desistas. Sé quién eres, le pese a quien le pese, le guste a quien le guste. No dejes de mirar el sol por miedo a cegarte, no dejes de creer por haber caído una vez. Intenta. Vuelve a ser tú, reconoce y acepta que la vida es una y si no la vives se va y no vuelve. El momento es ahora, no esperes más, no hay nada que esperar, las cosas las haces tú o nadie las hace. Confía en tu caos, vive tu caos, deja que todo lo que te rodea te enseñe un poco más de la cosa llamada vida. Sé y actúa, porque ser y actuar es lo único importante. Emociónate como la primera vez, busca repetir todo al siguiente nivel. Vuelve a creer y asombrarte por todo lo que no conocías o no terminabas de conocer. Eres increíble, nunca lo dudes. Recuerda que las batallas no se luchan en un terreno, con una persona o con mil; se vive dentro de ti, cada día, todos los días, en cada momento. Lucha entonces, encuentra las armas, busca la estrategia. Eres increíble, nunca lo dudes. Cuando alguien venga a decirte que no puedes, que no eres y nunca serás; sonríe, regálale la sonrisa más grande e increíble y deslúmbralo con su equivocación. ¿Qué esperas? ¿A qué le tienes miedo? ¿A quién le tienes miedo? Arriésgate, aviéntate, canta, baila, ríe, búrlate… sé quien eliges ser para ser feliz. Sé tú.
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