Todos tus amigos saben que eres creativo; a eso te dedicas, de eso vives y eso te tortura, porque como dice el dicho: “en el pecado llevas la penitencia”. ¿Cuántas veces has escuchado frases del tipo: “dame ideas, a eso te dedicas ¿no?”, “¿como qué se te ocurre?”, “tú eres el creativo”, “¡Ay, ayúdame tú tienes ideas bien padres”, y la lista es larga hasta llegar a los memes de Carmelita Salinas. Nadie entiende por qué vives en la agencia ni por qué te vistes como te vistes y mucho menos la forma rara que tienes de pensar. No, nadie lo entiende y nadie lo entenderá. Lo único que saben es que eres “creativo” y básicamente (según su razonamiento) por ese simple hecho debes tener ideas para todo. ¡No, no, no y más no! Es cierto que la creatividad está en todos lados y todos pueden (o son) creativos, claro, pero el hecho de dedicarte a eso o tener un “título” que diga “creativo” no le da el derecho a nadie de pedir “favores” así como así. No. Pero la culpa la tenemos nosotros porque en algún momento se nos hizo tan fácil mostrar nuestras “cualidades” y resolver un problema de manera “fácil”, entonces ahí empezaron los problemas. Si a ti también te buscan para pedirte ideas u ocurrencias, no los peles, no respondas, diles ¡no! Regresemos la dignidad perdida y empecemos a respetar nuestro trabajo, porque el que una idea no se vea o se toque, no quiere decir que vuelen y lleguen mágicamente a la mente, como si no hubiera trabajo y esfuerzo de por medio #CreativosUnidos.
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