Cuando hablamos de la parte gráfica o visual de una pieza comunicativa, encontramos una gran cantidad de denominaciones para los profesionales que trabajan en ello: diseñador gráfico, ilustrador, director de arte, arte finalista … Y si profundizamos un poco más, podemos observar que a cada uno de estos oficios, le puede seguir un sin fin de coletillas, ya sea según su grado de experiencia (trainee, junior, semi – senior, senior) o según el lugar y modo en que desarrollan sus funciones (freelance, in house, de agencia). Para conseguir que a cada uno se le llame como corresponde y despejar las dudas a aquellos que no acaban de diferenciar un tipo de otro, hoy vamos a hablar de cada una de las opciones y sus funciones correspondientes: Tipos de profesionales: 1.- Director de arte: dentro de una agencia, es la persona que trabaja codo con codo con el director creativo. A partir de la línea estratégica y el concepto definido por el director creativo, ambos estipulan la línea estética y gráfica que tendrá la pieza o campaña. Marcan unas directrices a seguir y un aspecto visual que debe permanecer latente en cualquier adaptación que se produzca. En ocasiones, los directores de arte cuentan con un equipo de artes o diseñadores gráficos que elaboran las piezas gráficas, siendo él el supervisor y quien marca las directrices, guías de color, correcciones pertinentes, etc. 2.- Diseñador gráfico: es la persona que ejecuta las piezas gráficas que el director de arte pide y bajo sus directrices y recomendaciones. En ocasiones (si no existe la figura del arte finalista), se encarga de la maquetación de los artes finales y de las diferentes adaptaciones, ya sea online u offline. Suelen ser expertos en conocimientos tipográficos y en la disposición equilibrada y armónica del espacio y los elementos que componen la pieza, aspectos que normalmente quedan a su elección. No obstante, siempre actúan, como ya hemos dicho, bajo la supervisión de su director de arte y siguiendo sus recomendaciones y, en el caso de que varios diseñadores trabajen en una misma campaña, será el director de arte el que marque la línea tipográfica y de estilo de distribución para generar una coherencia entre las piezas. 3.- Arte Finalista: en el caso de que sus funciones no las desarrolle el mismo diseñador gráfico, es la persona encargada de preparar las piezas y adaptarlas a las necesidades de impresión o publicación. Es el encargado de crear los archivos que recibirá la imprenta, las adaptaciones de prensa para diferentes medios (si el caso lo requiere), adaptaciones para web o las distintas redes sociales… Por así decirlo, después de que el director de arte marque la línea visual de las piezas o campaña y de que el diseñador gráfico produzca las piezas principales, el arte finalista es la persona encargada de revisar que las piezas creadas cumplan todas las características técnicas requeridas según el tipo de impresión y de su adaptación a todos los formatos y medios que sean necesarios en dicha campaña. 4.- Ilustrador: pese a que las agencias no cuenten habitualmente con un ilustrador entre sus trabajadores, sí que hay ocasiones en las que se les contrata temporalmente, como autónomos, para cubrir alguna necesidad comunicativa de un cliente concreto. No obstante, cabe resaltar que el ilustrador no es, por lo general, un profesional del ámbito publicitario, sino más bien del arte puro o del mundo editorial. Grado de experiencia que puede alcanzar cada uno de estos profesionales: 1.- Trainee: en este caso, el grado de experiencia requerido es mínimo. Son las personas que están experimentando sus primeras prácticas laborales en una empresa, estudio o agencia y que, habitualmente, aún se encuentran en su etapa formativa. Normalmente, los trainees entran a formar parte en un departamento de la empresa, pero sus funciones no están 100% definidas. Es decir, alguien que entre como trainee en un equipo creativo, puede tener que enfrentarse a escribir una cuña, como a diseñar una pieza gráfica o a crear una presentación o publicar un contenido de redes sociales. Estas etapas nos sirven para aprender un poco de cada rama y empezar a averiguar cuál será la especialidad que nos robará el corazón. 2. Junior: el grado de experiencia requerido suele estar entre el año y los 3 años, aunque actualmente esta horquilla es cada vez más reducida, solicitando en la mayoría de las ofertas laborales una experiencia mínima de 2 años. En esta etapa adquirimos responsabilidades enfocadas a un área más concreta y se espera de nosotros una mayor profesionalidad. 3. Semi – senior: la experiencia requerida se encuentra entre los 3 y 5 años. En estos momentos se espera que seamos casi unos expertos y las funciones a desarrollar son muy concretas. 4. Senior: la experiencia requerida es equivalente a la de la figura del director, y suele ser más de 5 o 6 años. Se espera que el ocupante del puesto sea un experto en la materia y que sea capaz de liderar y guiar a un equipo, por lo que además de experiencia en el ámbito gráfico, se requieren aptitudes interpersonales y capacidad de liderazgo y trabajo en equipo. Posibilidades laborales para cada uno de estos profesionales: 1.- Freelance: son aquellas personas que desarrollan sus funciones como autónomos, es decir, pagando la cuota correspondiente según el país y las condiciones de cada uno (en España al menos, se mire por donde se mire, un disparate), y buscando ellos mismos sus propios clientes. Por eso mismo, sus funciones no se limitan exclusivamente al ámbito visual o gráfico, sino que además tienen que cumplir con sus responsabilidades administrativas o financieras, con la relación con los clientes, con la parte puramente estratégica y también con la creativa… En ocasiones, los freelances cuentan con colaboradores externos o con personas contratadas que trabajan diariamente con ellos, pero no es el modus operandi habitual. Sí cuentan con proveedores con los que trabajan habitualmente, como con imprentas, gestores o administradores, e incluso con productoras si algún cliente lo requiere. 2.- In-House: son aquellos profesionales que se desenvuelven dentro del departamento de comunicación y/o marketing de una empresa anunciante, es decir, de aquellas empresas que podrían ser clientes de una agencia pero que, por el contrario, tienen su propio departamento y cubren sus necesidades comunicativas de esta manera. Las responsabilidades en este caso se limitan al ámbito gráfico, al igual que dentro de una agencia. Sus esfuerzos y energías se centran en un solo cliente para el que tienen que cubrir todo tipo de proyectos, desde la simple maquetación del material de oficina hasta la producción de un vídeo corporativo. Normalmente no cuentan con un responsable gráfico, sino que trabajan horizontalmente con otros diseñadores bajo la supervisión del director del departamento de comunicación, por lo que toman decisiones en cuanto a la línea visual de las campañas y piezas, pero siempre siguiendo la línea corporativa de la marca. 3.- De agencia: como ya hemos mencionado anteriormente, también hay profesionales que trabajan para una agencia, dentro del departamento creativo o de arte de la misma y bajo la supervisión del director creativo o director de arte. Sus tareas se limitan a los aspectos gráficos y visuales y la responsabilidad es limitada al recaer, en última instancia, sobre los correspondientes directores que han de revisar en todo momento que el trabajo siga su correcto funcionamiento. Imagen cortesía de iStock
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