Desde hace muchos años la plataforma de videos más importante pasó de ser una interesante biblioteca de videos a una generadora de fortunas, algo que jamás imaginaron los primeros youtubers.Los contenidos y tendencias son variados, desde aquellos espectaculares videos de gatos -que han alcanzado millones de visitas-, hasta los más inverosímiles casos de información que desconocíamos –gracias a que ahora cualquiera puede ser investigador-. No podemos dejar de destacar que todos, absolutamente todos, hemos participado en posicionar esta red, por lo menos viendo un video o incluso generando uno que seguramente luego de años eliminamos (porque se volvió penoso). En YouTube aprendes, reflexionas, cantas, te diviertes y sobre todo tienes un acervo digital que cada segundo aumenta. Aunque, en un principio, no se vislumbró el alcance que tendría Youtube, hoy la red ha sabido capitalizar su contenido. Hoy, no hay video que no se reproduzca sin un video publicitario. Pero esto no paró ahí, también había que darle algo a los generadores de contenidos y me refiero a los Youtubers, quienes con su ingenio abarrotaron la red con sus propuestas, que van desde lo más rosa como Yuya, hasta lo más grotescamente crudo como El Escorpión Dorado -que hace de cada respirar una mentada de madre-. Pero, ¿qué está pasando?, pues simple, la plataforma de videos más famosa y utilizada del mundo ha decidido dejar de pagar aquel contenido considerado políticamente incorrecto. Es decir cualquier vídeo cuyo contenido se considere «inadecuado para anunciantes» no tendrá publicidad. Por muchas reproducciones que tenga el vídeo, no generará ingresos. Así que, a quienes utilicen palabras altisonantes o escenas que hagan apologías a la violencia se verán afectados por la nueva normatividad. Todo pasará por un estricto control que regule lo que se comparta. La decisión me parece más que necesaria una advertencia de lo que como sociedad no hemos sabido hacer: controlar el acceso a nuestros niños. Hoy Youtube está aportando madurez al medio digital ya que, al igual que la televisión, hoy se ha convertido en una “nana digital” y como tal debe proteger a sus usuarios. Imagen cortesía de iStock
Comentarios