Si te diste cuenta que estamos cambiando constantemente, ni te imaginas a qué velocidad cambia nuestro entorno. Pasa igual con las marcas, evolucionan tan rápidamente que pasas de reconocerlas por un producto a relacionarlas con otro totalmente distinto y es una realidad. No es para nada extraño ver que restaurantes lancen videojuegos, bebidas famosas con línea de ropa, grandes productoras de cine con restaurantes, y bandas musicales con condones. Al igual que con nosotros, las marcas deben ser innovadores para destacarse en un universo competitivo donde muchas orugas se convierten en mariposas y muchas otras ni siquiera llegan a la crisálida –que tierna metáfora- ¿A qué se le puede decir marca flexible? Es básicamente la habilidad que tiene una marca/empresa/compañía de hacer cambios notables y que éstos se adapten a nuevas exigencias. Los cambios siempre atienden a una demanda específica la mayoría de las veces, pues la supervivencia de los productos es difícil se mantenga por sí sola. La supervivencia de los productos es una de las cuestiones que impulsa a una empresa a ser flexible, aunque inicialmente cuando se construye una identidad se hace con visión de futuro (siempre usan términos como innovadora, competitiva, especializada), esos propósitos son los que definen la capacidad de flexibilidad en el futuro. Elástico de la flexibilidad Ya sabemos quiénes son o no flexibles, pero ¿saben los consumidores qué marcas lo son? Una cosa que nuestros clientes adoran –y lo digo como consumidora de muchos servicios y productos- es cuando son escuchados. Escuchar es de los trabajos más importantes que tenemos como marca, no solo porque nos beneficiamos directamente de ello, sino que también, fidelizamos al mejorar la experiencia de compra. Fans de lo flexible Convertir a nuestros clientes en fans se logra en gran medida a través de la comprensión y esfuerzo recíproco por mantener la relación. Es como cuando salimos con alguien, se creará una relación a partir de honestidad, no de mentiras, falsas promesas o promesas incumplidas. Y así como en una relación de dos, siempre hay uno que pone más de su parte, existe un responsable encargado de velar por las promesas que se les hacen a los clientes. En este caso le llamaremos “vinculador o relacionador” –sí, esos términos no existen ya lo sé- El vinculador es quien se encargará de que a través de diferentes mecanismos (relación, conversación, ofrecimiento de los productos) exista coherencia que le permita mantenerse de acuerdo a las promesas que una vez se les hicieron a dichos consumidores. Flexibilidad actual Para nadie es un secreto que marcas como Disney, McDonal’s, Harry Potter, entre otras, se hayan flexibilizado a un punto que no es tan descabellado pensar que de los dibujos animados pasaran al entretenimiento y al diseño de modas, que de la comida rápida pasaran a videojuegos y de una trilogía pasaran a maquillaje profesional. Pero estamos hablando de marcas enormes. ¿Qué pasa con una MyPE o una Pyme?, por incomprensible que sea, es la flexibilidad quien no les permite ser consistentes y estables con los objetivos que se proponen, de allí que el cliente nunca se identifique por completo con los valores de la marca. Factores clave para la flexibilidad Ser estricto con un único concepto es suicidio, ¿te imaginas qué sería de Addidas si solo se dedicara a los zapatos deportivos? Una de las claves que da en el blanco es el monitoreo de la competencia.
- Cambiar las comunicaciones
- Mantenerse cerca de los consumidores
- Mantenerse cerca de los empleados
Cuando ataca la crisis En Latinoamérica hemos sabido llevar las cosas con más paciencia, pero la crisis económica es una realidad que ha llevado a nuevos escenarios a infinidad de compañías y empresas. Grandes o pequeñas, las marcas buscan la manera de hacer frente a los retos que conlleva esta situación en la relación con los consumidores. La estrella dorada es para la innovación y la de plata para la flexibilidad, porque aunque suene profundo, la crisis no solo es monetaria, es de toda la sociedad. Lamentablemente en estos procesos mucho del talento se va y las empresas no hacen nada para retenerlo porque “siempre hay alguien más que cobre barato”. Para mal o para bien, en tiempo de crisis nace lo que después será lo que marque pauta, de ahí radica la importancia de que los clientes contribuyan en la creación de valor de la marca siendo parte de ella.
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