Tinder es una valiosa forma de comunicación humana que ha revolucionado la forma de entablar relaciones. La transición del intercambio de datos personales ha sido adoptada de buena manera por parte de la nueva generación. De hecho, Tinder es la mayor red social para sacar citas de “primerazo” en América Latina. Pero, ¿cuál es realmente su promesa básica de valor? La respuesta ha cambiado en tan sólo un par de años y ha dejado con un agridulce sabor a muchos de sus adeptos. En sus inicios, la plataforma fue creada para “ligar” (término que hace referencia a entablar algo más que una cita). Recién se descubrió esta herramienta, las personas migraron hacia un algoritmo complejo, que básicamente le “facilitaba el trabajo duro” de conquista y daba acceso directo a un encuentro… ¡digamos que fugaz! Nada más eficaz en la comunicación que el voz a voz, y fue tan viral que, en cuestión de meses, penetró la interfaz digital del mundo. A medida que el mundo avanza, lo hace las tendencias. Vivimos en un mundo en el que prima los resultados sobre el proceso. No queremos excusas ni mucho menos explicaciones, ¡solamente queremos el producto de inmediato! En el plano estratégico, los comités de marketing de la gran mayoría de multinacionales quieren respuestas diarias sobre las ventas, el crecimiento de sus unidades de negocio, la celeridad de las fases que hacen estragos en el proceso comercial, entre otras temáticas. Lo cierto del asunto es que la famosa aplicación del “amor” dejó a muchos con una sonrisa “de oreja a oreja” después de culminar sus encuentros. Lastimosamente, el reinado del soberano de la red se ha opacado. ¿ la razón? Un cambio drástico de procedimiento. Resulta que, a raíz de su éxito, muchas personas (la mayoría hombres) decidieron apuntar a lo que por naturaleza nos gusta: la sexualidad sin prejuicios. Por cada match realizado, se empezaba una charla interesante con un toque “picante” que acrecentaba le interés por conocer más y más gente. Lo que tinder no prospecto fue el cambio en el uso de la aplicación en el género femenino. Todos conocemos la importancia del rol femenino en la cultura moderna. Han logrado muchos avances en materia de derechos y ni qué decir del entorno empresarial; ahora, muchas de ellas son grandes influyentes en la economía mundial, en especial, en el marketing. Ellas iniciaron una conversión en el uso de la aplicación. La naturaleza femenina se asocia al cuidado y conocimiento de las partes. Son más dadas a la conversación y les gusta conocer primero la contraparte para acceder a algún encuentro “físico”. Por esto, ya no veían a Tinder como un sitio de conquista si no para conocer personas y entablar amistades duraderas. Hace tan sólo 4 años, el 67% de la comunidad de Tinder era masculina; ahora, hay mayor paridad respecto (con tendencia al baja). Los hombres comenzaron a aburrirse de la aplicación porque ya no le daba “garantías” sobre su actividad per se. Dicho esto, retomaron a la matriz de la comunidad virtual: Facebook. En esa migración, algunos vieron oportunidad de negocio y sorprendieron a su majestad tinder, quien al ver que su comunidad reducía vertiginosamente, no pudo hacer más nada sino observar el angustioso panorama comercial. Entraron jugadores nuevos al mercado de las citas: MiCrush, AdoptaUnMan, Hitwe, appn, por nombrar algunas reconocidas. La participación del mercado fue más homogénea con la entrada de estas nuevas compañías, pero, aun así, el que seguía comandando en la categoría era Tinder. Infortunadamente, para cualquier empresa hay algo que jamás van a poder dominar: el comportamiento de las personas. Es algo tan innato que por más predecible sea en el corto plazo, algo alterará el curso rutinario y desestabilizará la capacidad de respuesta inmediata de las compañías. Existen infinidad de técnicas y herramientas que ayudan a monitorizar las conductas de las personas en un entorno mercantil. De igual manera, existe la tecnología para denotar la caracterización de los individuos que registra los movimientos en sus celulares, tabletas o computadores. Pero, por más seguimiento que se realice al rastro de un cliente, la tendencia será al cambio. La idea del sexo está en todas partes, y, sin embargo, la mayoría de nosotros sabemos muy poco acerca de él. Es lo mismo que si tenemos un cliente desde hace muchos años, pero no comprendemos sus insights, ni mucho menos su comportamiento de compra. El marketing está en todas partes, pero pocos saben acerca de él. Muchos dicen que hace falta un manual del usuario, pero, la realidad es que ese tal manual no existe, por la sencilla razón que somos heterogéneos en nuestro proceder. La vida opera con base en el principio de beneficio mutuo, y es ahí donde las marcas deben proyectar el momento indicado para seguir brindando el beneficio que desde el inicio de la relación comercial prometió. Si hoy, las conductas humanas fueran las mismas, Tinder seguiría superando en creces al resto de sus imitadores. Bastó con solo una leve variación de gustos para cambiar la perspectiva. Y ahora, está haciendo hasta lo imposible por volver a coronarse victorioso, con la diferencia que sus competidores se le están adelantando.
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